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Concrete Genie, la belleza de pintar con un mando
Por Adrián Fitipaldi Publicado en Análisis, Destacado en 23 octubre 2019
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¿Nunca os ha ocurrido jugar a un videojuego y empatizar tanto que llegáis casi a tener los mismos sentimientos que el personaje en cuestión?. Algo así me ha ocurrido con Concrete Genie un juego que tiene un ecosistema propio donde poder sufrir, emocionarte, ilusionarte o maravillarte a medida que lo va haciendo nuestro protagonista, Ash. Un título que rebosa creatividad en todo su apartado técnico y que nos hará parte, poco a poco, de un universo de luces y sombras del que tendremos que ser parte activa a través de nuestro propio mando.

Pixelopus ha sido capaz de armar un juego con personalidad propia que sobresale en sus puntos fuertes y que flaquea cuando intenta salirse de estos. Sacad vuestros mejores pinceles y acompañadme, junto a Ash, en su aventura por recuperar Denska de la oscuridad.


La oscuridad se combate con luz… y creatividad

Desde el primer momento Concrete Genie no se esconde y nos muestra cual es su mayor baza: su apartado gráfico. El juego desprende creatividad por todos lados y se esfuerza por hacernos parte de ello. Uno de esos esfuerzos va dirigido a entender y empatizar con Ash, un chico marginado que sufre el acoso constante de un grupo de chicos. Para, de alguna manera, refugiarse de todo esto Ash utiliza su enorme creatividad para plasmar en su cuaderno un mundo alternativo donde sus amigos son adorables monstruos que le ayudan en su día a día.

Como ya os he comentado como el juego quiere que nos sintamos como si fuésemos el propio Ash, que veamos el mundo como lo vería a él y, sobre todo, que pintemos las paredes como lo haría él. Para crear este vínculo, el juego utiliza como excusa el pincel mágico (que será a su vez el hilo conductor de la historia) para concederle a Ash, y por ende a nosotros, el poder de proyectar sus dibujos.

Utilizar este poder es tan fácil y sencillo como mover nuestro mando eligiendo el boceto que queremos proyectar. De esta manera tan sencilla y sin tener que tener conocimientos artísticos, podremos crear preciosos murales que hasta nos sorprenderán a nosotros mismo. Así es como Pixelopus crea un vinculo entre nosotros y Ash sin que nos demos apenas cuenta.

Los elementos que podremos plasmar serán sobre todo elementos naturales como árboles, mariposas o arco iris. Elementos que iremos desbloqueando a medida que recojamos las páginas de la libreta de Ash.


Un monstruo viene a verme

Este juego no estaría completo sin la historia que lo acompaña. Muchos otros juegos tratan temas como el acoso escolar o como los jóvenes pueden ser destructivos con el diferente, pero Concrete Genie va un paso más allá proyectando todos estos sentimientos en la relación con los Genies e incluso con el entorno que nos rodea. La tristeza instalada en Ash hace que se abstraiga en su propio mundo… y eso mismo le pasa a Denska, una ciudad antaño rebosante de luz que ahora se ha convertido un lugar lúgubre y triste, lleno de grises abida de luz y esperanza para volver a ser lo que fue en su día.

Para ayudar a nuestro protagonista surgen los Genies, unos monstruos creados por nosotros mismos, que tienen capacidades y habilidades diferentes para según que momento. Muchos de los puzles están directamente relacionados con ellos mismos y en como los creamos. Tendremos que crearlos, llamarlos e incluso interactuar con ellos para rellenar la magia de nuestro pincel mágico que nos permita hacer desaparecer la oscuridad. Otro simbolismo más que dota a los monstruos de un caracter reparador para Ash y que, de alguna manera, le ayuda y reconforta para seguir.


No es todo mecánica lo que reluce

Creo que ha quedado claro lo bien que han trabajado los chicos de Pixelopus en cuanto a lo creativo se refiere. Llenar las paredes de Denska con nuestros diseños es tan fácil e intuitivo como gratificante. Apetece continuamente pararse, sacar el pincel mágico y llenar todo Denska de coloridos bocetos. El problema empieza cuando se salen de su zona de confort e intentan expandir el juego para darle más profundidad.

El juego tiene un componente bastante grande de exploración. Iremos descubriendo zonas de Denska según avanzemos y resolvamos los puzles junto a los Genies. Aquí también entra en juego una mecánica de «plataformeo» parecida a Uncharted que no llega a resultar cómodo por lo tosco que resulta en ocasiones el movimiento.

También, casi al final del juego, incluye una mecánica de combate muy simple que no era necesaria ya que rompe el contexto del juego. Sin en vez de pelearnos directamente y recurrir a una violencia implícita hubiesemos tenido que «atacar» con el propio pincel o incluso crear trampas con los bocetos hubiese sido mucho más coherente con la historia.

El problema de estas mecánicas, mejor o peor integradas, es el propio uso de las mismas en la duración del juego. Si bien Concrete Genie no es un juego de un par de horas si que puede ser un juego para «pasarse de una sentada». De ahí que estas mecánicas tienen que entrar en juego de una manera contundente y encajar como si fuesen un todo en conjunto. Quiero acachar estas decisiones a intentar abarcar más mecánicas y cambiar de rumbo ciertos tramos del juego.


Concrete Genie

Os voy a ser muy sincero. Si alguna vez me embarco en un proyecto de estas magnitudes me encantaría que se pareciese a un mínimo a Concrete Genie. El juego es realmente bonito en todos sus apartados gráficos, tanto el entorno que tenemos que ir recorriendo, como la manera de crear los Genies y los bocetos como las animaciones de los propios personajes. Crear bonitos murales es realmente fácil lo que nos incita a probar todos los bocetos y a pararnos para decorar cada esquina de Denska. La carga emocional de la historia, reflejada en cada elemento del entorno y de los propios genies, crea un ecosistema que bebe de si mismo para transmitirnos, de forma implicita, la evolución y el estado de ánimo de Ash.

Como contrapunto he de remarcar algunas decisiones en cuanto a mecánicas que, si bien pueden ser cuestionables, para nada son algo que le quiten mérito a lo que han creado desde Pixelopus. También quiero remarcar, como en todos los títulos que tiene entre manos Sony, el buen trabajo de doblaje que trae consigo este juego. No todas las voces me encajan, pero eso ya es cosa personal.

Concrete Genie se merece una gran mención, como juego y como historia. Un juego que se puede disfrutar también junto con los más pequeños de la casa y que no dejará indiferente a nadie. Sin duda se nota el cariño y el amor que todo el equipo le ha puesto para crear esta gran obra.

Nota: Este análisis ha sido realizado con una PlayStation 4 PRO y una copia cedida por Sony.

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