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Aggelos, un aventura fresca y clásica
Por Javier Enrique Alonso Publicado en Análisis, Destacado en 25 noviembre 2019
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Antes de empezar este texto, tengo que confesar una cosa. Mientras escribo estas líneas sentado en mi escritorio tengo una NES y una SNES a menos de un metro de mi posición. Ambas se encuentran conectadas al televisor, enchufadas a la corriente y con Super Mario Bros 3 y Street Fighter 2 metidos en sus respectivas consolas. Con lo que en menos de un minuto puedo estar volando sobre tortugas o partiéndome la cara con Guile, regresando a una época donde todo era más sencillo.

Lo retro como base sólida

Lo que quiero decir con esto es que no soy sospechoso de amar las cosas retro y los juegos indie que tratan de imitar a esos títulos, que son pilares de la industria actual. A pesar de tener edad de no haber vivido el nacimiento del videojuego en sí mismo, adoro visitar estos clásicos que hoy en día tienen la misma vigencia. Porque reunir a los colegas para echar unas cervezas y unos combates Ryu contra Ken sigue siendo igual de divertido que lo sería antaño.

El buen diseño no envejece. Por ello, adoro los juegos que parten de estas premisas como pueden ser Shovel Knight o Aggelos, el juego del que vengo a hablar hoy. Porque sustentan todo su peso en redefinir esas bases de las que venimos para demostrarnos que siguen siendo válidas. Y si habéis jugado a algún título de la saga Wonder Boy, agarraos que ahora vienen curvas.

Es estilo pixel-art está creado con mucho mimo y colorido

Y es que Aggelos, más que redefinir las mecánicas clásicas, las abraza y nos entrega una aventura plataformera de corte retro la mar de satisfactoria. Su sencilla historia, a pesar de basarse en tópicos como el héroe de las leyendas o las mazmorras elementales, os sacará más de una sonrisa con sus tonterías bien pensadas. Como tener que buscar un libro de texto que te permita aprender el lenguaje de los tritones, dado que sin él, sus globos de diálogo no serán más que caracteres sin sentido y no podrás leer las palabras mágicas que abren la mazmorra. Es en esos pequeños detalles donde el carisma del juego despierta y brilla.

Como juego de plataformas y aventura es sencillamente redondo. Podría tirarle de las orejas por ser algo parco en ambición quizá. Pero creo que no pretende ser más que eso. Un título clásico, sólido, bien diseñado y que se disfruta como los juegos de antaño. Todo ello mezclado con un curioso cuidado de la estética, unos enemigos muy variados o un diseño de niveles bien planteado, con áreas bien diferenciadas o partes que apuestan por la verticalidad.

Como no, contamos con fases acuáticas que (por fortuna) no son una tortura

Su jugabilidad, sin embargo, es una regresión perfecta a los tiempos donde “pasarse una pantalla” tenía un significado distinto al de ahora. Y no quiero soltar la mítica tontería de “los juegos de ahora son mucho más fáciles”. Ya que todo depende del caso que escojas para comparar. Pero sí que utiliza a su favor ciertas “jugarretas” algo clásicas que te hacen apretar el mando con más fuerza de la necesaria. Hablamos del incómodo salto hacia atrás cuando recibimos un golpe. De las plataformas ubicadas con muy mala fe. De esos enemigos saltarines puestos en el ángulo más traicionero posible. De esos jefes que te hacen sudar y gritar…

Aún con todo esto, clasificar Aggelos como un juego “difícil” me parece demasiado simplista. Aggelos realmente está siendo exigente contigo. Quiere que te aprendas los patrones. Que calcules bien las trayectorias. Que cuentes el número de espadazos que necesita cada enemigo para ser derrotado. En definitiva, quiere que hagas lo mismo que hacías con Contra: Aprender cada fase, saber cada plataforma y conocer a cada enemigo para así convertirte en el héroe de leyenda que estás destinado a ser.

Esto sobre todo se aplica en estas mazmorras elementales que la trama te pide completar. Pero aún con esas, Aggelos se reserva unas cuantas cartas bajo la manga, haciendo que el mundo que rodea a dichas mazmorras no sea un mero trámite. Hay cientos de atajos, pasillos secretos y las clásicas zonas donde necesitas un objeto clave de mazmorra para pasar. Es fácil perderse entre todos sus recovecos y el mero hecho de llegar al siguiente objetivo ya es un mérito en sí mismo. A los que seáis completistas y vayáis a por logros, aquí tenéis para rato explorando cada área.

Pinchos, precipicios, enemigos puestos a mala ostia… Un clásico

Aunque todo de lo que adolece es precisamente de lo mismo por lo que brilla. Ya que coquetear con lo retro en 2019 tiene consecuencias buenas y malas. Y de ti dependerá ver lo que pesa más. Solo poder guardar en ciertos puntos del mapa puede ser criminal para algunos. La poca generosidad de las pociones será un auténtico quebradero de cabeza para muchos. De nuevo, es comprensible que esta clase de convenciones del género puede que no encajen dentro de los esquemas actuales o de cierta clase de usuarios.

Un título con alma y carisma

No por ello quiero cometer el terrible error que sería encajonar al título en absolutos. En frases como “Solo gustará a los amantes de lo retro” o “Una carta de amor a los juegos antiguos”. Claro que no son falsas. Desde luego que hará las delicias de los amantes de lo retro, al encontrar un juego que podría haber salido hace años y funcionar con soltura. Por supuesto que es una carta de amor a los clásicos, gracias a sus mecánicas y a sus constantes referencias a nivel jugable. Pero que sea un juego de corte clásico no es un demérito o una simplificación. Parece sencillo copiar las fórmulas clásicas, ponerle una capa de pintura de 8 bits nueva y a funcionar. Lo cual no es cierto en absoluto.

A pesar de que no creo que vaya a ser uno de los grandes juegos de plataformas de la década, creo que si será ese juego del que te acuerdes y te saque una sonrisilla. Y una serie de flashbacks de guerra de aquel calamar que te hizo la vida imposible en el templo submarino. Por lo que, dada la gran masificación de títulos indies de estilo retro, me parece un auténtico logro que Aggelos consiga desmarcarse y hacerse un sitio propio, con su particular carisma, dentro del mundillo.

Los escenarios se acaban grabando con relativa facilidad en tu cabeza

Con todo esto, llegó la hora de que abordemos la pregunta que se cierne sobre cualquier análisis. ¿Recomiendas que juegue a Aggelos? Si conservas tus consolas antiguas y acudes a echar una partidita a tu plataformas favorito de vez en cuando, probablemente a estas alturas del texto ya te hayas hecho con una copia. Y si no lo has hecho, deberías. Si los plataformas no son un secreto para ti y quieres un juego que te ponga contra las cuerdas de vez en cuando, seguro que te picarás con él y acabarás completando todos sus logros. Ahora bien, a los que os molesten ciertas concesiones que se hacen en esta clase de títulos, os debo advertir. Os sugiero encarecidamente que veáis algunos vídeos del principio para que sepáis a que nivel de título clásico me refiero y podáis discernir lo que pesa más en vuestra balanza. Dicho lo cual, si me perdonáis, voy a seguir practicando ese combo de Chun-Li que quiero reventar a mis colegas en la próxima fiesta.

Los jefes son un reto interesante pero no injusto, lo cual es de agradecer

Nota: Este análisis ha sido realizado en una PlayStation 4 gracias a una clave cedida por Meridiem Games

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