El ser humano le teme a tantas cosas que hemos dejado de enumerarlas. El cine nos ha ido dejando constancia de que hasta lo más nimio como una hormiga (Marabunta) o algo que ni siquiera podemos ver ni tocar (Poltergeist) puede convertirse en una de nuestras mayores pesadillas. Es por ello que cuando oí hablar de Submersed y vi con mis propios ojos como el agua era el recurso principal supe que era una gran elección.
El agua como tal no da miedo. No consigue crear escenas en las que vayas a gritar por el sobresalto como si que podría hacer un fantasma, un zombie o un asesino con ganas de clavar cuchillo a tumba abierta. Sin embargo, de la manera en la que Main Loop Games ha utilizado este elemento, consigue hacernos sentir débiles, en desventaja, y nos retan a sacar a relucir nuestro instinto de supervivencia para lograr salir con vida. Así es como Submersed nos pone los pies en la tierra (o en el agua en este caso) y nos demuestra que, sin recursos, no somos más que eso: humanos a merced de cualquier peligro.
Que Main Loop Games haya escogido el survival horror (y el sigilo en menor medida) como género para Submersed es sin duda un gran acierto. Como decía en la introducción el sentimiento de vulnerabilidad lo tenemos desde el minuto uno y es algo que han recreado de una manera increíble. Da igual que seamos Jack Ballard, un paramédico del servicio de rescate de Miami y que estemos curtidos en mil batallas; aquí lo que cuenta es sobrevivir utilizando bien los recursos a nuestro alcance.
En cuanto empecé a jugar pude ver elementos que definen al género como el inventario limitado, el sistema de linterna en base a las pilas o el nivel de ansiedad de nuestro personaje. Este punto no lo destaco como algo negativo si no como algo realmente positivo. Conseguir inspirarse e implementar mecánicas diferentes de otros títulos en tu propio juego y que funcionen es una gran ayuda de cara al gran público ya que tienen asimiladas las mecánicas y se sienten más a gusto. En el juego también nos encontraremos con algunos puzles a resolver como en los juegos de antaño. Si bien muchos no son muy complicados habrá alguno que nos haga dar alguna que otra vuelta por las habitaciones.
La ambientación y el tono general del juego está muy bien logrado y, mientras lo estás jugando, te sientes parte de la historia. Casi todo el juego se desarrollará en una base submarina al más puro estilo (salvando las distancias) Bioshock y la trama tiene más de un guiño a clásicos del cine. El diseño de los niveles y la atmósfera, con rincones oscuros y poca visibilidad, está tan bien lograda que no ha sido ni una ni dos las veces que me he encontrado agarrando el mando con demasiada fuerza por la tensión del momento.
Y eso contando con que, el mayor peligro está fuera, no dentro.
La única vez que me han sacado un poco de la ambientación es en el momento en el que, el propio juego, te está avisando de un peligro. Con una música metalera el juego te está tratando de avisar de que hay un peligro cerca y que tienes que prepararte. Por una parte creo que es innecesario porque se rompe parte de la atmósfera creada ya que se va ese suspense de «¿dónde estará el bicho?». Por otra, creo que está bien meter una banda sonora, pero tal vez hubiese elegido algo con un halo más de suspense y no tan cañero.
Como en toda buena historia de terror nuestro protagonista contará con un peligro externo. En este caso el peligro tiene una gran ventaja con respecto a nosotros. Mediante un paseo por los alrededores de la base submarina, con nuestra escafandra, conoceremos a nuestro némesis: un tiburón que nos pondrá las cosas bastante difíciles. Nuestro único método para lograr que no nos coma es pasar lo más desapercibidos posibles utilizando el sonar incluido en el traje; es aquí donde entra en juego el componente de sigilo de este juego.
Con esta mecánica tengo un amor/odio y no es por culpa del juego. Los juegos de sigilo y yo somos como el agua y el aceite: por muchos que se nos junte no nos vamos a mezclar. Es por ello que puse todo de mi parte porque me parece que, una de las mejores partes del juego, es poder salir al exterior.
Comprendo que hay que esconderse y controlar el sonar, que correr no es una opción y que la linterna ayuda poco a pasar desapercibido. El problema es que, en ocasiones, acababa frustrado porque el patrón del tiburón a veces es demasiado injusto. Si intentas salir hacia tu objetivo y la luz cambia: estás muerto. He intentado de todo. Esconderme y esperar, quedarme quieto, agacharme y quedarme quieto, no encender la linterna, correr… incluso ir agachado el 100% del recorrido. La conclusión es siempre la misma: tripas y sangre por todos lados.
En algún recorrido he tenido la suerte de que el tiburón estaba lo suficientemente lejos como para que la luz siempre estuviese en verde pero en otras me ha tocado repetir trazado en múltiples ocasiones. Como el ensayo y error no es una posibilidad no se si es algo mío o se podría haber pulido algo más la mecánica dejando claro que cosas están atrayendo al tiburón y posibles soluciones para futuros intentos.
Submersed
Main Loop Games ha conseguido poner encima de la mesa un juego pulido y con las ideas bien claras. Submersed es todo lo que se le puede pedir a un survival horror, con sus más y con sus menos. Una historia correcta, encajada con unas mecánicas bien llevadas e ideas bien ejecutadas. Han sabido ver donde está su potencial, exprimirlo y crear un juego con carácter propio. Por supuesto Submersed no es perfecto pero si Main Loop Games sigue ofreciendo este acabado con sus proyectos de seguro que nos traerán grandes títulos.
Desde Isla de Monos les deseo todo lo mejor para Submersed y para sus próximos proyectos. Se lo merecen todo.
Esta análisis ha sido posible gracias a la cesión de una clave por parte de Main Loop Games.
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.