Cada vez que un término económico salta de la grada al campo de los videojuegos, el moralismo más refinado entra en juego. Ves, esto es el capitalismo o especuladores sin escrúpulos son la comidilla que predomina en esta especie de gallina el último. Hace unas semanas fue la compra de Bethesda por parte de Microsoft y ahora le ha tocado el turno a la reventa de consolas. Empresas como CrepChiefNotify o incluso CeX han sido las protagonistas. No cabe la menor duda de que todo sistema económico y social necesita una escala de valores para que funcione correctamente. Pero de ahí a convertirse en un liberticida hay un trecho con varias paradas, como la sensatez y el conocimiento. ¿Qué es la especulación? ¿Es tan perjudicial como dicen? Coge un asiento confortable que vuelve el mercado, amigos.
En este mundo globalizado que nos ha tocado vivir, el capitalismo y su sistema de precios funcionan. Como en todo sistema, existen aspectos positivos y negativos. Estos últimos deberíamos tratar de mejorarlos con el trabajo de todos y no esperar a que un ente abstracto salga en nuestra ayuda como si fuésemos menores de edad con las capacidades limitadas. Pero, salvo ceguera voluntaria o fantasías colectivas, podríamos afirmar que salimos beneficiados. Eso sí, si nuestro punto de comparación es un mundo justo e ideal, siento daros una mala noticia: ni existe ni se le espera. Observemos ejemplos reales.
PlayStation, Game Boy o Nintendo 64 fueron mis primeras experiencias. Solo hay que hacer un poco memoria para recordar que los videojuegos no eran baratos. No os voy a mentir. En ese momento no había llegado ni a la década y he tenido que consultar con los altos gerifaltes de mi familia. ¿Oye, cuánto os costaba la broma para que el niño estuviera entretenido? Su oscilación en 20 años ha sido mínima, por no decir inexistente. Tendemos a señalar los aspectos negativos de todo tipo de comercio libre sin estudiar atentamente sus efectos. La digitalización, las ofertas cuasi inmediatas o el mercado de segunda mano (salvo excepciones, que os veo venir) han ayudado a la expansión del videojuego a ritmo de clics. Más barato y mejor.
Entretanto, la nueva generación ha llegado. Sinceramente, dudo que Sony o Microsoft esperasen el éxito que han tenido. Ambas se han colocado entre las consolas más vendidas de la historia en su salida. Hay que tener en cuenta que han sido lanzadas en mitad de una pandemia mundial (de ahí el bajo stock) y que la euforia en las reservas ha superado toda racionalidad (de ahí la entrada de agentes de supuesta dudosa moralidad). Páginas caídas, stock agotados en horas o un surtido de culpabilizaciones a agentes externos han sido los héroes de estas últimas semanas. Y como no, todos echábamos en falta a uno de nuestros antagonistas principales en todo debate económico: los sucios especuladores. Gente mala que trata de engañarnos y que no respeta ningún código moral. ¿Verdad o bulo?
En términos accesibles, podríamos definir la especulación como la compra de productos que tienen gran demanda y poco stock con el objetivo de revenderlos. Pero ¿toda especulación es mala malísima? No. La agricultura es un claro ejemplo de cómo los intermediarios han facilitado la vida a muchos agricultores desprendiéndoles del riesgo y comprando a un precio fijo su materia prima. Ya no tienen que preocuparse de adivinar si va a llover, de cómo va a ser la cosecha del próximo año o de si en Australia han descubierto un nuevo tipo de producción. Es importante comprender que el riesgo es una de las razones fundamentales por la que existe la especulación.
Mismo ejemplo con CeX, una compañía de compra y venta de segunda mano como todos conoceréis. Intermediarios como éste nos quitan de encima la pesada labor de confiar en un vendedor particular que no ofrece ningún tipo de garantía. Ellos lo hacen por nosotros. Siempre es el riesgo. Más ejemplos. A pesar de las críticas voraces, instituciones financieras o aseguradoras han hecho una labor fundamental en el desarrollo de la economía. El problema es que, debido a su complejidad, suelen ser muy vulnerables ante ataques políticos o argumentaciones simplificadas. Asimismo, algunas decisiones corrientes que tomamos en nuestra vida diaria (como esperar a que cierto videojuego baje el precio o comprar la fruta hoy en vez de mañana) no difieren mucho de ciertas actividades que muchos condenan sin compasión. Podríamos estar el resto del día enumerando actividades ya que la lista especulativa es más amplia de lo que uno cree.
Pero no olvidemos que este mundo ni es justo ni va a serlo, por lo que tenemos que estar con los ojos abiertos ante prácticas cuestionables. Localizar y señalar a aquellos intermediarios que se aprovechan del desconocimiento generalizado en ciertas materias. Véase las compras de PlayStation o Xbox que ha habido estas semanas por parte de CrepChiefNotify. Esta empresa me recuerda a los anuncios que todos hemos sufrido en YouTube, en los que te puedes hacer rico desde el sofá o puedes aprender inglés en una tarde. Nunca viene mal recordar a Josef Ajram y la experiencia que tuvo con su sicav. Los resultados no fueron tan fantasiosos como las palmeras y las piscinas de sus vídeos. Cuidado con los gurús que juegan con esperanza ajena.
En CrepChiefNotify pagas una suscripción anual a cambio de información. A través de un canal de discord (el WhatsApp para gamers), se aprovechan de algoritmos y ponen a disposición del suscriptor la compra y reventa de ciertos productos. No obstante, toda parte tiene derecho a defenderse. Según ellos, mucha gente perjudicada por la situación actual y en paro han conseguido seguir pagando la hipoteca con sus servicios. El olor que desprende a demagogia es notorio. ¿A quién te recuerda? Hay que tener en cuenta que, aunque el negocio parezca legal, ni legal significa bien ni ilegal significa mal. En cuanto a la cuestión moral, debe permanecer en el ámbito privado. Que cada uno actúe en base a su escala de valores. Yo, personalmente, estoy cansado del reparto de carnés. Por lo que cualquier lector agudo (sé que tú lo eres) habrá entendido entre líneas mi posicionamiento al respecto.
En cuanto al negocio, lo más probable es que acaben perdiendo hasta la camisa. Según he podido leer, un canal de venta online ha debido cancelar la compra masiva de este tipo de empresas. Si queremos una sociedad ética y con valores, deberíamos empezar desde abajo. No desde arriba. Educación y no prohibición. En caso contrario, los perversos poderosos acabarán saliéndose con la suya y no dejaremos de ver fantasmas inexistentes.
Con este par de pinceladas me despido por hoy. Espero haber aportado un poco de luz al asunto. Ni bueno ni malo, ni negro ni blanco. Abierto el debate, ahora te toca a ti. Con el mensaje habitual de este rincón de la isla de monos, piensa por ti mismo y no dejes que te manipulen.
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