25 enero 2021

Oniria Crimes, la muerte es un sueño más

By In Análisis, Artículos

Si hay algo que une a toda la humanidad, da igual sexo, religión o clase social sin duda alguna son los sueños. Soñar es inherente al ser humano, una parte de nosotros que por mucho que queramos controlarla, solo ocurre cuando nuestro hipocampo es capaz de coger las riendas por unos instantes desfigurando parte de nuestra propia realidad, para mostrarnos unos recuerdos edulcorados que poco tienen que ver con un realidad tangible. Muchos han sido los estudios que han intentado llegar a la base científica de los sueños: ¿son premoniciones? ¿creaciones auto complacientes donde creamos el mundo a nuestro antojo? ¿o son un reflejo de nuestras inseguridades y miedos?. Preguntas, todas ellas válidas que podrían también resumirse simple y llanamente como lo hizo Calderón de la Barca: «Los sueños, sueños son».

La propia naturaleza irreal y voluble de los sueños son la excusa perfecta para crear toda una narrativa en base al propio concepto. Sin ir más lejos, el sentimiento más primitivo como es el terror, sirvió como aliado perfecto para que toda una generación estuviese aterrada por el peor monstruo de pesadilla: Freddy Krugger. Otros incluso han logrado crear toda una trama de acción utilizando la inyección de sueños como fue Origen dirigida por un magnífico Christopher Nolan. Y aunque ambas propuestas ahondan en una misma idea (la introducción de conceptos y amenazas dentro de los sueños) son tan diferentes como lo son los propios sueños.

Es por esa premisa que define a los sueños, lo que a su vez la marca como candidata a ser un tópico al que recurrir. Dormimos, soñamos, despertamos. Una estructura idéntica por la que pasar para poder entrar en ellos… y sin embargo siempre hay una vuelta de tuerca. Oniria Crimes es un claro ejemplo. ¿Por qué limitar el sueño al individuo? ¿Soñamos porque somos conscientes de ello, o es nuestra consciencia la que llega hasta un mundo creado a base de sueños? ¿Soñar es seguir viviendo o es el pasatiempo que nuestra mente nos brinda para ocupar esas horas en las que «no hacemos nada»?

Soñar para seguir viviendo

Ahondar en estas preguntas puede parecer fruto de unas preguntas preconcebidas anteriores a sumergirme dentro de Oniria, la ciudad del juego. Nada más lejos de la realidad. Estas, y muchas otras, son preguntas que se plantan ante ti, igual que cualquiera de los objetos necesarios para avanzar. No hace falta responderlas, ni siquiera hace falta entenderlas, pero añaden silenciosamente valor a un universo cambiante y nutrido con nuestras propias respuestas. Porque al final, aunque Oniria tenga sus propias normas, los sueños crean los cimientos de cada una de las calles por las que pisamos.

Oniria Crimes se autodefine como una novela visual mezclada con point & click, donde tendremos lo mejor de ambos géneros en una sola propuesta. La balanza siempre es una herramienta difícil de equilibrar sobre todo si hay un género al que tenemos más aprecio que al otro. Sin embargo, en Oniria es tan importante conocer los mecanismo por los que funciona y se mantiene todo el universo onírico, como ser eficaz y resolutivo a la hora de encontrar todo lo necesario para continuar con nuestra aventura. Sin uno, el otro carece de sentido.

Bajo el cliché del «agente novato» seguiremos la historia del inspector Santos el recién llegado al que hay que explicarle cada concepto por si en la academia nos hemos olvidado de algo. Mecánicas simples y básicas que nos hacen entender cómo relacionarnos con un entorno de sueño, como no podía ser de otra manera. Aquí, cada objeto guarda un recuerdo, no están vivos pero tampoco podríamos decir que están muertos. Sus testimonios serán la base más fiable sobre la que hacer una reconstrucción de los hechos. No hay inventario para guardar objetos (al tener consciencia: ¿podría considerarse secuestro?) pero si una libreta, a la vieja usanza, que nos servirá de referencia cada vez que encontremos una nueva pista.

Si queremos dar carpetazo al caso tendremos que despejar varias incógnitas. La primera es desvelar quienes son los sospechosos y los motivos de su implicación con el caso. Preguntar a los objetos, descubrir secretos ocultos o incluso leer las descripciones de todo lo que nos rodea será la clave para aclararlo todo. La segunda es hacer una reconstrucción de los hechos, cruzando la información necesaria. Y por último establecer quién es el culpable y quién es inocente en base a los hechos que hemos ido recopilando. Ocurrirá que podamos completar el caso pero no hayamos acertado los hechos concretos; motivo por el cual, los detectives más concienzudos, seguro que volverán a la escena del crimen para esclarecerlo por completo.

Lo bueno de este sistema de juego (hablando del point & click) es que hay un margen muy grande para añadir mecánicas que saquen al jugador de su zona de confort. En cada caso nos encontraremos una nueva manera de interactuar con nuestro entorno, un puzle que no teníamos en mente o conflictos en la trama que nos obligarán a adaptarnos. No son grandes cambios en el paradigma que plantea la base jugable pero añaden un toque de frescura a cada nuevo caso, creando una expectación tras la resolución del anterior que crea una curiosidad por conocer cuál será el nuevo añadido. Buen trabajo, sin duda alguna.

Además Oniria Crimes tiene una elección oculta de la que muy pocas veces somos conscientes: puedes simplemente cumplir los objetivos del juego o puedes empaparte del universo con cada pequeño detalle mientras avanza la aventura. Si vuestra decisión es la segunda, enhorabuena, disfrutaréis de una construcción del mundo onírico y de sus peculiaridades que reúne conflictos e historias a veces más interesantes que el propio caso.

«No existen preguntas sin respuesta, solo preguntas mal formuladas»

No solo se profundiza en cómo la gente llega hasta Oniria o cómo crece o decrece la ciudad conforme pasan las horas. En Oniria Crimes se tratan temas como la perpetuidad del individuo, de gente que elige voluntariamente vivir en Oniria, de cómo la arquitectura cambia según la hora del día o en cómo el ser humano es por naturaleza gregario, necesita juntarse y diferenciarse del resto creando los Gremios. También hay hueco para las leyendas, para la política, para dejar entre ver la lucha de clases existente también en los sueños o para hablar de la vida y la muerte dentro de un estado onírico. Un universo rico, nutrido hasta sus últimas consecuencias, que dan como resultado un trasfondo que se disfruta como un elemento más.

He dejado para el final la parte más amarga de mi texto, como una manera de no empañar todo lo demás. Sobre todo porque, cuando se trata de una opinión personal, no tendría que afectar a los otros apartados donde Oniria Crimes cumple con nota. Hablar del estilo gráfico elegido para esta aventura es pensar inevitablemente en otras fórmulas parecidas, sin ir más lejos se me viene a la mente juegos como Cube World que intentan llevar la estética Voxel a un nivel jugable. Oniria Crimes acierta con la atmósfera noir y bebe de las influencias correctas pero, en mi opinión, en ocasiones la estética Voxel se queda algo corta al transmitir, sobre todo en los personajes.

Puesto que los escenarios están planteados de una manera increíble, una estética más dibujo animado para los personajes o un híbrido entre Voxel/3D hubiese arreglado este pequeño desajuste. También, puede ser que simplemente no me entre por el ojo como otras propuestas gráficas y es por eso que no quiero que se tome en cuenta a la hora de valorar la obra.

En Oniria siempre hay un crimen

Oniria Crimes ha sido toda una sorpresa. Tenía ganas, iba con las expectativas muy altas y, aún así, han conseguido sorprenderme. Sobre todo porque veo como, años después, el género del point & click se puede seguir retorciendo aún más, convirtiéndolo en algo tan moldeable que, cada vez que sale una propuesta como esta, lo agradecemos como agua de mayo. Esta era mi mayor expectativa, ver esta adaptación (que han superado con creces), pero como habéis podido leer en todo el texto, el universo y su atmósfera, han sido lo que me ha atrapado por completo.

Una propuesta ligera, bien pensada y que pone de manifiesto que aún queda hueco para un género cada vez más enterrado entre battle royales y juegos del momento. Oniria Crimes brilla con luz propia, por su propuesta y por su acierto a la hora de saber acompañarlo. Solo puedo aplaudir al equipo por haber creado una base con tanto potencial como para hacer posibles secuelas.

Oniria es sueño y los sueños, juegos son.

Agradecer desde aquí a cKolmos Entertainement y a BadLand Publishing por habernos cedido una copia de Oniria Crimes.

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.

Written by Adrián Fitipaldi

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.
2 Comments
  1. […] a ser sincero: el estilo voxel no es el estilo que más me llama. Ya me ocurrió en su día con Oniria Crimes donde, de primeras su propuesta artística no me llamaba, pero caí rendido al poder jugarlo por mi […]

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  2. […] a ser sincero: el estilo voxel no es el estilo que más me llama. Ya me ocurrió en su día con Oniria Crimes donde, de primeras su propuesta artística no me llamaba, pero caí rendido al poder jugarlo por mi […]

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