Innovar y sorprender al jugador dentro del mundo de los videojuegos es cada vez más complicado. Por un lado porque hoy en día el concepto de videojuego como producto está muy encapsulado y prefabricado: la gente quiere una fórmula que ya conoce y que tiene asimilada evitando esa curva de aprendizaje. Por el otro hay miles de proyectos, ideas y desarrolladores que, día tras día, encuentran nuevas formas de crear videojuegos con otro toque, haciéndolos suyos. Es por ello que, encontrar el punto más fuerte de un proyecto y enfocarse en ello, hace que, a veces, nos lleguen auténticas joyas como la que voy a analizar hoy.
Aquí es donde entran Nómada Estudios y GRIS, un auténtico desconocido hasta hace unos meses, que poco a poco ha conseguido encandilar a todo el mundo simplemente con ver cualquier imagen del juego que muestra un particular e increíble apartado gráfico. Un viaje en el que, junto con nuestra protagonista, tendremos que devolver el color a un mundo que se ha vuelto completamente gris mientras disfrutamos de todo lo que nos puede ofrecer esta propuesta: desde los paisajes y escenarios, todo rodeado de water color, hasta la delicada pero potente banda sonora que nos acompañará en esta aventura.
Colores en un mundo cada vez más gris
Decir que GRIS es una obra de arte, no sólo como videojuego, es algo que ellos mismo se han ganado. Es uno de esos juegos que entran por los ojos, por su increíble diseño (tanto de los entornos y escenarios como de nuestra protagonista), por como desarrolla una historia sin utilizar diálogos y por apostar y arriesgarse en el apartado artístico. La «culpa» de todo esto la tiene Conrad Roset el director artístico detrás de este juego. Su particular sello artístico se respira desde el minuto uno en todos y cada uno de los elementos que conforman el mundo onírico de GRIS. Elementos que forman un universo original e imperfecto donde la sensación de soledad hace que pronto hagamos de este universo algo propio.
Esta extraña mezcla es posible gracias a la inmersión, el arte y a los miles de detalles que nos podemos encontrar recorriendo los escenarios desolados (y a veces no tanto) que conforman GRIS, donde todo pasa por el filtro artístico de Conrad Roset (y su equipo). Coger una tormenta de arena y convertirla en una tormenta de tinta es algo tan sencillo y vistoso que resulta toda una genialidad. Además consigue que la realidad y la fantasía sea un fino cristal que rompe a su antojo mezclando edificios «realistas» con animales y criaturas de lo más extraños. Estas criaturas también ayudan a mantener el hilo conductor del mundo de GRIS donde pronto serán una parte más de nuestra aventura.
GRIS también se juega
Algo que preocupaba a más de uno (y me tengo que meter en este saco) era el gameplay de un juego de estas características. De nada sirve un juego estéticamente brutal si no lo acompañan unas buenas mecánicas descubrir más. En este caso GRIS aprueba con nota bastante alta ya que nos encontramos con una aventura en la que nos encontraremos diversos puzles en nuestro camino. Nada de pensar estrategias de combate y nada de morir en cualquier momento. GRIS nos deja disfrutar del juego sin tener que preocuparnos más que de buscar como avanzar en nuestra historia. Para ello tendremos que utilizando las habilidades que nuestra protagonista vaya desbloqueando, como utilizar pájaros rojos para impulsarse o convertirse en un pesado cubo, siempre con un objetivo concreto: encontrar las estrellas escondidas en los escenarios.
La historia de GRIS no es el centro del juego y tampoco es un inconveniente. De vez en cuando nos irán dando algún detalle de por donde van los tiros pero no se centran en que la comprendas si no quieres. Simplemente ocurre y, podemos reflexionar sobre su significado, o simplemente continuar hasta terminar el juego. En cualquiera de los casos esta manera sutil de contar la historia no hace más que hacer de este juego una obra de arte. Con esto demuestran, al igual que con la banda sonora de la que hablaremos ahora, que se puede crear una historia profunda sin tener que depender de largos diálogos y aburrir al jugador con retóricas e historias que no le interesan. La historia está ahí; depende de ti querer descubrirla.
Por último, antes de pasar a la banda sonora, quiero hacer una mención al diseño de niveles que tiene el juego. No sólo por las diferentes ambientaciones o atmósferas que crean al avanzar por las diferentes zonas si no como está pensado todo el mapa para tener un punto central que una todas las zonas. De manera muy elegante consiguen crear un laberinto que sólo podrás pasar si tienes activada cierta habilidad necesaria dando la sensación de que este punto central es nuestro refugio y que hay todo un mundo completo ahí fuera por explorar. Este diseño (y la manera de contar la historia ahora que lo pienso) es muy común en juegos de From Software como BloodBorne o Dark Souls y es una maravilla verlo implementado en un juego totalmente diferente.
Sonidos que valen colores
Sin duda alguna GRIS juega la mejor baza posible que es el arte de este juego pero, para redondear aún más este título, cuenta con una banda sonora increíble que apoya en todo momento las acciones y hechos que van surgiendo en el juego. En un juego sin diálogos la banda sonora tiene un papel fundamental para contarnos con sonidos todo lo que no nos dicen con palabras. En esta ocasión la música de fondo así como los temas principales son extremadamente delicados pero con una fuerza increíble que remarca todas las acciones que surgen en pantalla. Cuando la acción requiere tensión ahí está retumbando y haciéndonos participes de la situación. Cuando la tensión se acaba vuelve a un segundo plano para acompañarnos con melodías que asimilamos como un conjunto entero. Sin lugar a dudas sin la banda sonora que acompaña al juego, tan bien pensada y ejecutada hasta encajar al milímetro, estaríamos hablando de un puzle incompleto.
GRIS, el arte es un juego
Nomada Estudios ha conseguido cruzar la fina linea entre el arte y los videojuegos, creando un mundo complejo e imperfecto donde han dado rienda suelta a su creatividad y, como resultado, han creado una fórmula única que convierte a un videojuego en una experiencia. Y esto es gracias a todas las piezas que componen este complicado puzle donde todos los apartados son imprescindibles; a un apartado artístico que rebosa imaginación y que no deja de sorprender en ningún momento de las casi 3 horas de esta aventura, acompañado una gran banda sonora que no tiene miedo de cargar el peso en sus hombros en los momentos necesarios. Sin duda GRIS es de esos juegos que, una vez los juegas, siempre vas a recordar. GRIS es únicamente único.
Creo que hacía mucho que no me emocionaba tanto con un juego, y no hablo simplemente agarrar el mando y pulirlo al máximo, si no de maravillarme con todos los apartados técnicos durante todo lo que ha durado GRIS. Despierta sentimientos al jugarlo gracias a que todos los apartados crean un puzle perfecto en el que todas las piezas encajan. Sin duda alguna GRIS es uno de los juegos más bonitos de ver y más fáciles de disfrutar que he jugado en mucho tiempo. Un gran trabajo que esperemos se vea recompensado y podamos tener más de este estudio.
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.
[…] como Gris han demostrado que no hace falta ni una sola palabra para trasmitir una emoción manteniendo una narrativa en base a los entornos y a lo que nos enfrentamos pero siempre […]