En The Savior’s Gang controlas a un grupo de fieles con los que tendrás que superar multitud de trampas para alcanzar la salvación. En cada nivel, el número de adeptos podrá ir en aumento, dificultando su control y disminuyendo las probabilidades de que todos sobrevivan.
Estos fieles pueden fallecer a causa de desmembramientos, aplastados, quemados, ahogados e infectados entre muchas otras calamidades. La habilidad de cada jugador entrará en juego para determinar cuántos adeptos terminan cada nivel con vida. Ya podéis obtenerlo a través de Steam.
El jugador toma el rol de El Salvador, una entidad poderosa que es crucificada y atrapada entre el mundo de los mortales y el cielo. Esta injusta muerte provoca la ira de su padre, una todopoderosa paloma, que desata una serie de trampas, desastres y peligros por todo el mundo. El Salvador deberá negociar con su Padre para detener estas catástrofes y salvar solo a sus fieles de todas estas maldades y de paso, tratar de salir del limbo y recuperar su poder. Para ello, contará con su buen amigo Stan y la intermediación de su Madre y Padrastro.
Los fieles atravesarán diferentes niveles que irán evolucionando, desde los antiguos campos de Jerusalem, hasta las mismísimas puertas del infierno, pasando por altas montañas sagradas, cuevas tenebrosas, cálidos desiertos y bosques tranquilos. En cada una de estas localizaciones hay diferentes trampas y dificultades propias de cada nivel: artilugios, troncos que caen, erupciones de magma, hielo frágil…
En cada nivel se encontrarán nuevos seguidores que irán aumentando el grupo de supervivientes, aumentando así las posibilidades de que al menos uno de ellos sobreviva, pero a su vez, dificultando la tarea de manejar a un grupo grande de fieles.
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.