The Persistence ha llegado a la realidad virtual como un soplo de aire fresco trayendo y adaptando géneros, que ya están más que machacados, a un terreno por descubrir como es el de la realidad virtual. Un juego que mezcla la realidad virtual, los disparos en primera persona, el sigilo y el género roguelike. Todo un cóctel explosivo que ha conseguido crear un juego donde todas las piezas son importantes para su desarrollo. Os traigo unas primeras impresiones tras haber jugado una hora de este juego.
The Persistence quiere ser un referente dentro de la realidad virtual y razones no le faltan. Desde un primer momento tuve la sensación de estar jugando a algo diferente, algo nuevo, y no las típicas fórmulas que se repiten una y otra vez dentro de la realidad virtual. Un punto a favor nada más empezar es que se han esmerado en que, los menos habituados a la realidad virtual, no sufran de los acusados mareos, primero eligiendo el modo en el que nos movemos (movimientos cortos o largos) y después añadiendo un marco negro alrededor de la pantalla simulando la función de un ojo que disminuye la sensación de movimiento.
La mezcla de géneros es todo un acierto. Cuando oí hablar del juego pensaba que, lo de generar el mapa aleatoriamente tras cada muerte, sería sobre el papel; pero no. Cada vez que moría por no haber jugado bien mis cartas o porque la situación me sobrepasaba me encontraba con un mapa totalmente nuevo donde los peligros no estaban en el mismo sitio. Esto hace que, cada vez que resucitas, tengas que estar al 100%. Eso sumado a los diferentes tipos de enemigos que nos encontramos hace que tengamos que pensar nuestro plan antes de hacer un movimiento.
El juego, tras haberlo jugado una hora, me trasmite una sensación que, al estar jugando me cabreó bastante, pero que al pensarlo fríamente es genial: la sensación de indefensión. Somos la presa, no el cazador, y es algo que tenemos que tener muy presente.
Pero no todo es color de rosa y hay algunas cosas que me han chirriado. Una de ellas es que sólo se pueda jugar con mando y los brazos estén pegados siempre a los laterales. La libertad de los PS Move como manos es algo a lo que me he acostumbrado demasiado por las múltiples posibilidades que ofrece y no tenerlo me resulta raro e incómodo. Otra de las cosas es la IA de los enemigos que en ocasiones no reacciona como esperarías. Unas veces abres una puerta y te oyen desde otra habitación y otras veces estando a escasos metros pasan de largo. Esto hace que no sepas reconocer un patrón o que cosas puedes o no hacer en determinados momentos. Quiero pensar que está hecho a posta pero es frustrante tirar una partida por la borda por la aleatoriedad de la IA.
Estas son las primeras impresiones de este juego. Pronto tendréis el análisis completo así como un completo video en el que os comentaremos todo lo referente a este juego.
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.
