10 febrero 2020

He probado The Walking Dead: Saints & Sinners durante tres horas… y me ha ganado a base de mordiscos

By In Artículos, Primeras Impresiones

Me declaro fan de todo lo que tenga que ver con los come cerebros, los muertos vivientes, los caminantes, los infectados y el sin fin de nombres que se les puede atribuir a los zombis. Sin embargo, como mucha gente, he sido de los que me bajé del fenómeno The Walking Dead (hablando de la serie) por el simple hecho de que no concibo una ficción con zombis, en los que estos no sean la mayor amenaza; o al menos uno de los mayores peligros. Sin embargo, este acercamiento, de la experiencia del cómic a la realidad virtual, tenía mi atención desde el primer momento. A fin de cuentas, no todos los días podemos salir a matar unos cuantos zombis y volver a casa para contarlo, ¿no? 


Vienen los zombis

The Walking Dead: Saints and Sinners es muy claro desde el principio: vas a vivir la experiencia de supervivencia pase lo que pase. De meternos en materia se encarga el tutorial del principio donde nos enseñan las mecánicas básicas. Tendremos armas cuerpo a cuerpo con las que podremos acercarnos a los caminantes y acabar con ellos en la cabeza, armas que tendremos que recargar como si de una real se tratase, y un sistema de resistencia/salud que tendremos que mantener a base de comida o medicinas. 

Todas estas mecánicas tienen la profundidad justa, para que tengamos que tenerlas muy presentes a la hora de salir a completar misiones. Las armas cuerpo a cuerpo, a parte de una durabilidad variable como el resto de armamento, se quedarán atascadas en los cráneos de los zombis y tendremos que, apartar la cabeza del arma rápidamente, si no queremos quedarnos sin ella. Por su parte las armas de fuego cuentan con una munición muy escasa que tendremos que, o bien fabricar, o bien encontrarnos por los lugares que vayamos visitando. A esto hay que sumarle que en cualquier momento las armas de fuego pueden encasquillarse o romperse y… estar rodeado con un arma que no funciona no es muy agradable (os lo digo por experiencia). 

Recuerda que si te quedas sin balas tienes que sacar la munición, cargarla, volver a dejar el arma lista y ya disparar. Sin presiones.

Este título nos da una libertad relativa ya que elimina el uso del teletransporte y podremos movernos directamente con el stick. Un movimiento que los menos habituados a la realidad virtual van a sufrir, pero que con el tiempo se acomoda bastante bien. Además, añade un componente de sigilo con un botón que se utiliza solo para este fin, lo que también elimina cierta libertad al agacharse a por objetos o moverse en otra sentido que no sea a nuestro alrededor. 

Por destacar algo del modo de juego, tendremos dos fases bien diferenciadas: por el día saldremos a cumplir misiones y a abastecernos y, por la noche, volveremos al campamento para reciclar todo lo que hayamos encontrado y crear recursos para el día siguiente. Estas fases le dan mucha vida al juego donde trendremos momentos frenéticos al salir fuera y momentos de calmar al volver a campamento. Como añadido, las fases de día no duran hasta el infinito. Tendremos un tiempo limitado hasta que caiga la noche y las calles rebosen totalmente de caminantes. Nosotros seremos los encargados de gestionar nuestro tiempo gracias a la ayuda de un reloj que llevamos con nosotros. Nuestro tiempo, y nuestro inventario, ya que usaremos una mochila con unos compartimentos limitados, que tendremos que ir gestionando en nuestras misiones.

Como en ¿casa?, no se está en ningún sitio

Los caminantes muertos

¿Por qué me ha acabado encantando? The Walking Dead: Saints and Sinners es una gran experiencia, complicada de entender y manejar, pero muy satisfactoria al jugarla. En todo momento tienes cosas que hacer, ya sea en el campamento o fuera a plena luz del día matando caminantes y recogiendo basura. Además, tiene el punto de tensión y acción justo para que nos mantengamos alertas en todo momento. Tiene sus fallos y sobre todo es injusto en exceso con el jugador para justificar su componente de superviviencia.

Eso si, el juego llama mucho la atención y está por encima de muchas «experiencias» de realidad virtual que se hacen pasar por juegos. Si The Walking Dead: Saints and Sinners no es el mejor juego de realidad virtual de su género sin duda es uno de los más completos y pulidos que he podido jugar; tanto por mecánicas como por la inmersión de estar en un mundo desolado por los caminantes. 

Y ahora os tengo que dejar, tengo que limpiar mi jardín de unos cuantos caminantes que se han colado. 

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.

Written by Adrián Fitipaldi

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.
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