“La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran.” Esta es quizá una de las frases más recordadas de Paul Valéry, que dejó escrita dentro de Monsieur Teste, allá por el 1896. En ese año, en España empezábamos a disfrutar del cine, con la primera proyección cinematográfica del país, tuvieron lugar en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna y estalló el conflicto anglo-zanzibariano, quizá una de las motivaciones del escritor francés para escribir esa frase.
Generalmente, la mayoría de estos conflictos nacen de la discrepancia de ideas, de entender la vida de manera diferente o de simples diferencias de criterio. “Mi equipo es mejor que el tuyo”, “Yo soy más de Messi que de Cristiano”, “Los Lakers son mejores que los Celtics”, “El mejor partido político es el que yo voto” … y así con un sinfín de ejemplos que podemos ver en nuestro día a día, tanto en las redes sociales como en cualquier conversación que mantengamos con familiares, amigos o compañeros de trabajo. Cada persona tiene su propia ideología, y estamos preparados para defenderla hasta las últimas consecuencias.
“Mi consola siempre será mejor que la tuya”
Como viene siendo habitual en cada nueva generación de consolas, las compañías han empezado su promoción para vender su aparato por encima de el de la competencia. Desde 2013, con el lanzamiento de la anterior generación de consolas, que no nos veíamos en un escenario parecido y, 7 años después, las cosas han cambiado mucho. Con la expansión de las redes sociales y de los influencer se ha sembrado el terreno para una confrontación inminente, una guerra de consolas que poco tiene que ver con lo que vivimos hace no tanto tiempo. De un tiempo a esta parte se ha polarizado la opinión de gran parte de los seguidores de una u otra marca, haciendo casi inviable que se pueda disfrutar del mundo de los videojuegos sin tener que elegir un bando.
Si a esto le sumamos que determinados influencers han encontrado en estos bandos su particular nicho que le hace de altavoz para sus ideas, tenemos el cóctel definitivo de desinformación, bulos y parcialidad que pocas veces se ha visto en este sector, más propio de otros ámbitos como la política o el deporte. Dentro de esta guerra de consolas, de pronto parece que marcas como Sony o Microsoft han nacido para luchar la una contra la otra, que tienen videojuegos completamente diferentes, una ideología totalmente opuesta o unas ideas radicalmente enfrentadas a la hora de concebir el medio en el que vivimos, cuándo no es para nada la realidad palpable.
Better Together
Microsoft, Sony o Nintendo son simplemente compañías que crean consolas. El hecho de que una compañía compre una empresa como Insomniac, Naughty Dog o Bethesda para desarrollar videojuegos exclusivos para su plataforma es algo que ha enfervorizado a la multitud que apoya a una u otra empresa, utilizando esto como arma arrojadiza en cualquier discusión en redes sociales o su propio círculo interno. Esto, más allá de suponer un alivio para las cuentas de la compañía que compran, una importante inyección de presupuesto que, generalmente se traduce en una mayor calidad de los títulos, y un leve incentivo para comprar una u otra consola, no debería ser nunca un motivo de discusión sobre “que consola es mejor”.
En 2018, durante los Game Awards pudimos ver una imagen insólita en la que Phil Spencer, Shawn Layden y Reggie Fils-Aime, en aquel momento los grandes nombres de las 3 consolas más compradas del mercado, salieron al escenario para pedir unidad en la comunidad gamer. Salieron con un mensaje claro para luchar contra esta guerra de consolas: Better Together. Pidieron que se dejaran esas rencillas entre consolas, a raíz de un incidente con God of War y el vicepresidente de la división de juegos de Microsoft, mostrando una unidad nunca antes vista en el sector y dejando claro que entre las grandes compañías no había ninguna rivalidad histórica, pidiendo que se dejaran los absurdos debates y confrontaciones enfervorizados que se estaban empezando a palpar en la comunidad gamer. 3 años después, parece que todavía no ha calado el mensaje dentro de la mayoría de seguidores de sus empresas.
Bulos, profetas y desinformación
Usando este caldo de cultivo, de un tiempo a esta parte han proliferado muchos influencers que, con un aura autoimpuesta de profeta o gurú, han utilizado su alcance para extender bulos, para desinformar y para atacar a la gente que no opina como ellos. Con la compra de Bethesda por parte de Microsoft, se han extendido muchos bulos y desinformación por parte de un sector de la comunidad, empeñado en perpetuar esta absurda idea de la guerra de consolas, sesgando la información de entrevistas a medios internacionales e intentando dividir todavía más a la comunidad. Esto es, sin lugar a dudas, un punto de inflexión para una comunidad que, si quiere seguir creciendo, está avanzando hacia la dirección equivocada.
No se pueden repetir casos como el que sufrió Alejandra Pernias en su paso como CM de Xbox España, donde se acosó de tal manera a la trabajadora de Xbox que tuvo que cerrar su propio twitter ante el aluvión de insultos y vejaciones sufridos. ¿El motivo de tanto odio? Que decidió subir un post en el que decía que iba a jugar con sus amigos a Overwatch en PS4. En ese momento, gran parte de la comunidad de jugadores más enfervorizados de Xbox corrió a pedir explicaciones, insultar gravemente a su persona e incluso hablaron de acudir a la división española de Xbox para pedir el despido de la trabajadora, por el simple hecho de jugar a una consola que no era Xbox. Una auténtica locura.
Un momento para reflexionar
Disfrutar los videojuegos nunca debería ser motivo de rechazo. Mientras las compañías intentan mandar mensajes de unión, la realidad es que vivimos en una auténtica distopía en la que nos quieren hacer creer que hay un supuesto campo de batalla virtual en el que librar esta guerra de consolas. En el que debemos guerrear, elegir bando entre las dos facciones que lucharán hasta la muerte para defender sus ideales, comandados por unos especímenes que llegan a tal punto de mandar una tropa enfervorizada a acosar a personas por el hecho de que consideran “una vergüenza” o “un ultraje” disfrutar los juegos de otra compañía.
El avance de las redes sociales y el hecho de que podamos comunicarnos con gente de todo el mundo, debería ser un motivo de unión, de poder conectar con gente con la que compartimos el amor por los videojuegos y poder disfrutar juntos, nunca debería ser un motivo de guerra y disputa. La elección de una u otra consola debería estar basada en si tus amigos van a jugar a uno u otro juego, de temas como el precio o las características o del gusto personal de cada persona, pero nunca se deberían basar en una disputa entre personas que nada tienen que ver con una u otra empresa. Porque como hemos comentado antes, mandan a masacrarse a gente que no conocen de nada para que gente que si se conoce pueda obtener rédito de ello.
Un mono entre monos.
Jugando desde los 8 años y hasta que vuelva a tenerlos.