Todavía recuerdo aquella época, cuando era un crio, en la que me dio por ver películas de aventuras. Como todo niño fantaseaba con encontrar, junto con mis amigos, el tesoro perdido de un gran pirata o que alguien por error diese de comer a un bicho después de media noche, y se desencadenase una aventura de las que merecen ser contadas. La fórmula de las películas de aventuras y pandillas, que tanto funcionaban en los 80, y que con las que gran parte de nosotros hemos crecido. Cultura pop, lo llaman ahora.
Si os cuento esta anécdota de gamer cebolleta es porque, tras jugar un rato con Treasure Rangers, he visto reflejada esa fórmula ochentera de contar las aventuras: un gran misterio azota el barrio y una pandilla de amigos se embarcan en una aventura para solucionarlo. Sencillo pero efectivo. Aunque este juego desarrollado por REL3VO tiene otro objetivo alejado de esta nostalgia: concienciar sobre el TEA (Trastorno del Espectro Autista).
La aventura comienza en el barrio
Si algo es inamovible en la fórmula de los 80 es que, pase lo que pase, los acontecimientos siempre ocurren en el barrio de nuestros protagonistas. En Treasure Rangers no es diferente, ya que, de la nada, han aparecido unas grietas en el suelo. Nuestra valiente pandilla tendrá que descubrir el misterio que envuelven estas grietas y devolver la normalidad al barrio. Aquí es donde entran en juego Randy, Roxy, Lucy y Eric, cada uno con una personalidad diferente y que obtendrán poderes al bajar al subsuelo.
Lo gracioso del asunto es que, las habilidades que cada uno adquiere tienen que ver con los gustos y aficiones personales. Estas habilidades las usaremos en determinado momento (o incluso las combinaremos) para poder resolver los puzles que se nos pongan en el camino. Lucy, amante de la geología y líder de esta pandilla, puede empujar grandes piedras, convertir a sus compañeros en estatuas y reunirlos a través de un artefacto. Eric es amante de la naturaleza y por ello es el único que puede bucear y deslizarse a través de pequeñas rendijas. Por su parte Roxy, amante de la música, puede utilizar su guitarra para tocar una potente melodía o utilizarla como doble salto y llegar a sitios más lejanos.
Si he dejado en último lugar a Randy es precisamente por algo. Sobre este personaje recae la importancia del mensaje que REL3VO nos quiere hacer llegar con Treasure Rangers ya que es él, el que tiene TEA. Lo mejor es que no han hecho de Randy el eje central (ni mucho menos el protagonista) de esta aventura. Randy es un joven con autismo y, aunque han querido que nos demos cuenta de ello, no hay una mención explícita que nos remarque esta condición. Y aunque existen indicios como el movimiento continuo del personaje o su pequeño juguete, el juego no gira en torno a ello.
Al igual que sus compañeros Randy es capaz de enfrentarse a todos los retos que tiene por delante y de aportar sus habilidades para poder superarlos. Todo esto gracias a su gran capacidad fotográfica y a sus botas que le permiten rebotar para llegar a sitios muy altos. Un mensaje de inclusión y normalización que hacen de Treasure Rangers ese juego visibilizador del que os he hablado.
Os he hablado de la parte amable de este videojuego, pero ahora toca hablar de su parte jugable, la cual tiene sus propias lagunas. Treasure Rangers es un juego de plataformas y acción de libro, de los de la vieja escuela. A mi mente vienen rápidamente títulos como Rayman 2, Spyro o incluso Medievil, donde la habilidad con el mando prima por encima de, simplemente presionar un botón y dejar que el juego resuelva. Es por ello que, teniendo como base un género tan recurrido, Treasure Rangers se queda algo escaso en todo lo que plantea.
Enemigos repetidos, poca variedad en las localizaciones y no tener una banda sonora más extensa genera una de las peores pesadillas para un jugador: la sensación de repetición. Llegados a este punto os podéis preguntar, ¿dónde se apoya un juego como Treasure Rangers para atraer e interesar al jugador? Sin duda alguna, en su diseño de niveles, planteado de una manera inteligente en cada uno de los escenarios por los que pasamos.
Estos «peros» puedo achacarlos al miedo de no poder abarcar un proyecto más grande siendo un estudio pequeño, pero se podían haber suavizado ciertos aspectos, con la inclusión de enemigos con apariencia diferente dependiendo del nivel o incluso variando la temática de las cuevas u otros escenarios.
Treasure Rangers
Este título desarrollado por REL3VO e impulsado por la iniciativa PlayStation Alianzas tiene un objetivo muy concreto: visibilizar y dar un mensaje de normalización. ¿Lo consigue? Problamente si habéis leído esta reseña o habéis jugado, la respuesta es: claramente sí.
En este aspecto los videojuegos indies tienen un poco más de manga ancha para tratar ciertos temas e intentar trasmitir algo más dentro de su formato. Treasure Rangers se aprovecha de ello y le da un motivo al lanzamiento de este título, intentando concienciar y visibilizar.
No es el juego perfecto, ni mucho menos, y personalmente me hubiese gustado enfrentarme a otro tipo de título, pero consigue tener un valor diferenciador que, a fin de cuentas, lo hace único.
Esta reseña ha sido posible gracias a la cesión de una clave por parte de R3LEVO.
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.
[…] Artículo original publicado en Isla de Monos […]