La culpa de que ahora mismo esté escribiendo estas líneas la tiene uno de los mejores reencuentros que he tenido con un videojuego. Beat Saber es uno de mis juegos favoritos, antes incluso de que pudiese jugarlo con mis propios ojos. Hace unos 4 años, Jugón Virtual subió una serie de vídeos sobre lo que yo apodé «el Guitar Hero de la VR». Tenía todo lo que me gustaba de este tipo de juegos… y encima en realidad virtual. El paso del tiempo, y más de 130 horas según Steam después, puedo confirmar que aquel flechazo tuvo su por qué.
Sin embargo, sacar tiempo, espacio y ganas para jugarlo, es una muralla que a veces es difícil superar. Este inconveniente, arratrado por muchos de los juegos del catálogo de VR, hace que semana tras semana mis pobres Rift S mendigaran un poco de atención, casi gritándome: «Mira que de novedades tengo. Juégame». No fue muy efectivo.
Ha tenido que ser Beat Saber el que me ha devuelto la ilusión por volver al mundo virtual. Encontrarme con el anuncio del nuevo contenido del juego por Twitter, ha vuelto a despertar esa bestia dormida que tanto disfrutaba cortando cubos. «¡Pero si han metido canciones de Fall Out Boy y Darude!, ¡¿cómo no lo voy a jugar?!», me auto jaleaba mientras añadía en la cesta los últimos dos packs de DLCs. Tres horas después, me senté en el sofá volviendo a tener esa sensación de antaño: «es uno de mis juegos favoritos». Aquí es donde me vino la pregunta a la cabeza: ¿cómo puede seguir siendo uno de los mejores juegos de VR cuatro años después?
Cortar cubos en realidad virtual
Decir que Beat Saber es uno de los juegos más populares de la realidad virtual es como decir que Mario es uno de los personajes más icónicos de Nintendo. Cualquier persona que haya sentido un mínimo interés por la realidad virtual seguramente haya escuchado su nombre en algún momento. Pero ¿por qué es tan popular cuatro años después? La respuesta a esta pregunta es bastante fácil. Dar con la clave de su éxito es mucho más complejo.
Uno de los factores que convierten a Beat Saber en un gran juego es su accesibilidad. Cualquier jugador que se empuñe los láseres puede aprender la mecánica completa del juego en apenas diez minutos. «Corta cubos en la dirección de la flecha, como lo harías en la realidad», es todo el tutorial que utilizo cuando vienen visitas a casa. Con esta noción tan básica, todo el mundo que ha pasado por mis Rift S, ha disfrutado en cuanto han acertado más de cinco o seis cubos seguidos.
Puede parecer una tontería, pero no necesitar un tutorial, aprender cada botón de un mando o el simple hecho cortar los cubos de manera natural, derriba muros para toda aquella persona que no esté familiarizada con una consola. Parte de este éxito reside en la propia esencia de la realidad virtual, donde el «hazlo todo como lo harías en la realidad» se convierte en la manera de explicar muchas de las propuestas.
Esta accesibilidad que trae de serie la realidad virtual comparte mérito con un juego y una consola que poco a nada tiene que ver con esta tecnlogía. Estoy hablando de Wii y el juego que la acompañana, Wii Sports. Cuando Wii se lanzó en 2006, Nintendo prometió revolucionar la manera en la que jugásemos. Esta revolución se basaba en la sencilla premisa de «jugar con el movimiento». La manera de explicar el funcionamiento del Wii Mote no fue otra que Wii Sports.
Esta entrega consiguió introducir los videojuegos a gente que nunca había tocado un mando antes. No solo explicaba como usar el mando si no que te introducía en las premisas básicas de un videojuego. Hoy en días aún muchos siguen viendo Wii Sports como una «demo técnica» que acompañaba a la consola. Sin embargo, para muchas personas, fue la puerta al mundo de los videojuegos, desconocido hasta entonces para ellos .
¿Por qué os cuento esto? Porque muchas veces, cuando alguien prueba la realidad virtual, y en concreto Beat Saber, le vienen recuerdos de esa sencillez con la que podían jugar a Wii Sports sin tener que aprenderse controles. «Pero… esto funciona como la Wii, ¿no?» o «Mira como el juego de la raqueta ese» son algunas de las frases que he escuchado mientras intento que no se salgan de los márgenes y pisen a un gato. Cuando ocurre esto: sonrío.
Para mí los videojuegos son algo más que píxeles en una pantalla. Son experiencias. Hacer recordar a alguien «aquella tarde que jugamos a los bolos», un recuerdo positivo sobre un videojuego y que encuentre una experiencia similar, para mí es una mini victoria. Que sea de una manera tan orgánica, rapida e intutiva para alguien novato en este tipo de tecnologías, quiere decir que el juego ha hecho su trabajo para hacer llegar su propuesta a un gran público.
Beat Saber, juego infinito
Sin dejar de tener en cuenta el impacto que tuvo Wii y Wii Sports para los videojuegos, quiero volver a centrar el foco en el mercado de realidad virtual. El concepto casi generalizado sobre la realidad virtual y sus videojuegos es el de «experiencias de x horas» o «juegos de coger cosas». Esta sensación se está disipada poco a poco, con muchas de las propuestas que están surgiendo. Half-Life: Alyx dio un golpe en la mesa, reivindicando que existían los «juegos completos» en VR. Pero… ¿a qué se le llama juego completo? Eso nos daría para otro artículo.
Por centrar un poco el tiro, vamos a hablar de Beat Saber en términos de juego infinito: partidas individuales que puedes jugar tantas veces como quieras, sin tener un nexo de unión más allá de la propia estructura del juego. Esta fórmula, bien llevada a la realidad virtual como lo ha hecho Beat Saber, es un verdadero acierto a la hora de plantearse a que jugar con las gafas.
Las partidas no requieren de un conocimiento previo de las mecánicas mostradas en otros capítulos o combinaciones de botones intrincadas. Por lo que para jugar simplemente hay que elegir canción y cortar cubos. Esto elimina la barrera del aprendizaje, más allá de la dificultad del propio juego. En base a esto, Beat Saber nos permite que podamos gestionar nosotros mismos la curva de dificultad, encontrando canciones que se adapten a nuestra habilidad y ajustando la dificultad para sentirnos cómodos en cada momento. Lo más frecuente es que pasadas tres o cuatro canciones, casi todo el mundo suba la dificultad para sentir que el juego sigue siendo un reto.
Tampoco hay que olvidar que la realidad virtual, al fin y al cabo, es una propuesta física, para lo bueno y para lo malo. Aquí es donde también entraría ese apartado de «diviértete haciendo ejercicio» que, en algunos casos, promueve la propia realidad virtual. Allí donde otros no han conseguido éxitos, la VR intenta hacerse un hueco. Sí, te miro a tí, tabla de Wii Fit.
En mi opinión, este tipo de juegos no son una alternativa completa al ejercicio tradicional. ¿Un complemento? Puede ser, pero sin duda es una excusa perfecta para levantarse del sillón y ejercitar un poco el cuerpo.
Escribiendo sobre esto, me ha venido a la mente un artículo publicado en VidaExtra (firmado por R. Marquez) donde habla sobre cómo había cambiado su rutina de gimnasio por una hora al día de Beat Saber. Como he dicho, es una alternativa. Una hora de Beat Saber equivale a meterse en la ducha en cuanto acabas, aunque dentro de la propia VR, hay otras alternativas para hacer cardio como BoxVR, que realizan mucho mejor esa función.
La música y los cubos, un todo
Llegados a este punto tengo que hablar de una de las características por las que Beat Saber se ha eregido como una de las mejores propuestas de su género. Ante todo, Beat Saber es un juego musical. Su mecánica, por muy perfeccionada y pulida que esté, no es nada si detrás no tiene un respaldo musical que lo haga funcionar.
En mi opinión, cada una de las composiciones que acompañan al juego (mencionando especialmente las de Jaroslav Beck) están perfectamente integradas con los movimientos del jugador. Hablando de los pack oficiales, podemos encontrar canciones pensadas exclusivamente en la parte jugable del título. Se nota nada más jugarlas. Cada parte está perfectamente estructurada para realizar movimientos concretos de una forma natural.
Este lenguaje entre música-jugador es lo que hace que Beat Saber haya conectado con un público tan amplío y de una manera tan fácil. Cada subida, cada parón o cada cambio de ritmo se refleja perfectamente en la canción, teniendo su homólogo en los movimientos. Claro que todos los juegos musicales tienen este concepto, o al menos lo intentan plasmar, pero considero que Beat Saber es el que mejor ha sabido implementarlo de una forma lo más orgánica posible.
Además, también tengo que añadir que, en estos cuatro años, han salido muchos competidores como Synth Riders. Juegos de un gran nivel que podrían haberle arrebatado el trono sobradamente. Sin embargo, Beat Saber sigue siendo una de las referencias, en parte por ser el primero en llegar y en parte por esa accesibilidad que permite la conexión entre música-jugador creada por las propias mecánicas del juego.
La comunidad, pilar principal
Otro punto clave para que Beat Saber haya tenido tanta relevancia, ha sido sin duda la comunidad que tiene detrás el juego. Sin esta comunidad, el juego se hubiese estancado en un contenido limitado por sus propios creadores y las ideas que ellos mismos pudiesen aportar. No nos vamos a engañar, el reclamo principal de Beat Saber (y de este tipo de juegos musicales) siempre ha sido «juega con la música que tú quieras».
La compañía, lejos de desmarcarse de este tipo de contenido, siempre ha tenido una política bastante abierta para incluir todo tipo de mods en su juego. Esto ha provocado que Beat Saber haya contado con un continuo flujo de contenido, aunque la propia desarrolladora no lanzase actualizaciones. Sin ir más lejos, parte de las mejoras que se han añadido a lo largo del tiempo, han sido gracias a una comunidad inquieta que ha investigado los límites del juego.
Sin ir más lejos, el nuevo parche incluye dos nuevos cubos, uno de ellos inspirado en movimientos que la comunidad ha ido implementando usando «triquiñuelas» dentro del propio creador. El otro, tiene bastante «inspiración» en Synth Riders, la verdad.
Esta dinámica nutre de ideas a los propios desarrolladores que al final acaban convirtiéndose en contenido. Es por ello que, contar con una comunidad que respalde Beat Saber, se va a traducir en que siempre tendrá contenido que favorezca la continuidad del título. Más allá de paquetes de canciones oficiales, escenarios o sistemas de luces.
Además, la comunidad no solo ha creado más canciones para el juego, sino que también ha ampliado el juego hasta límites que los propios desarrolladores no imaginaban. Desde nuevos sables láser, pasando por buscadores de canciones en el propio menú, hasta herramientas para que los streamers puedan ver el chat en directo sin tener que salir del juego. Funcionalidades que no hacen más que mejorar el juego base.
Beat Saber sigue siendo un juegazo en 2022
Con todos los argumentos que os he intentado trasmitir volvemos al punto de partida: ¿por qué Beat Saber sigue siendo uno de los mejores juegos de realidad virtual?
Para empezar, creo que es uno de los juegos más accesibles. Por un lado, los novatos en realidad virtual, van a tener una experiencia muy satisfactoria y, además, el mareo producido por el movimiento es inexistente, al realizarse todas las acciones en el mismo sitio.
Por otro lado, los jugadores más expertos van a tener un título duradero que se complica a medida que avanzas en las canciones, siendo las primeras mucho menos exigentes que las últimas. Aquí también hay una acumulación de conocimiento donde, para poder lograr superar los niveles más avanzados, tendremos que conocer varios movimientos/recursos que el juego utiliza.
Apuntar también que la fórmula creada con Beat Saber es divertida. Romper cubos al ritmo de la música es algo que todo el mundo puede hacer sin tener ni idea de usar un mando de consola. Esto es algo que se nos olvida a menudo pero es muy importante que algo atraiga y quieras jugarlo porque te divierta, más allá del jugar por jugar.
Además, es un juego con muchísimas horas de contenido y con un respaldo enorme de la comunidad. Es por ello que el juego tiene los suficientes recursos para volver a él cada cierto tiempo y que siempre nos encontremos con novedades. Sean oficiales o por parte de esta comunidad.
Puede que Beat Saber no sea el mejor juego de VR. Ese título se lo rifan otros muchos que están exprimiendo la realidad virtual hasta límites que no podíamos imaginar hace unos cuantos años. Lo que si hay que otorgarle a Beat Saber es ser uno de esos juegos que llaman la atención por ser un juego divertido, cuidado y que apetece visitar de vez en cuando. Por todo esto, Beat Saber sigue siendo uno de los mejores juegos de realidad virtual. Y lo que le queda…
PD: Agradecer a Luismi Lorente su ayuda y aportación para crear este texto
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.