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Entrevistamos a Games Tribune por su número 50
Por Adrián Fitipaldi Publicado en Artículos, Destacado, Los monetes recomiendan en 7 febrero 2020
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Aunque llevo ya casi dos años cubriendo eventos, realizando entrevistas y hablando con todo tipo de personalidades dentro del mundo de los videojuegos, a día de hoy, todavía me sigo poniendo nervioso a la hora de afrontarlos. Supongo que es la emoción de algo que te apasiona y que te llena hasta tal punto que convierte, un viaje de casi 850 kilómetros, en un simple paseo. No soy matemático (ni mucho menos) pero si tuviese que reflejarlo en una fórmula, sin duda alguna sería: nerviosismo = (emoción ^ ilusión) / responsabilidad de hacerlo bien

Y es que en esta ocasión la variable “responsabilidad de hacerlo bien” estaba totalmente fuera de las gráficas; os explico. Isla de Monos es todavía un neófito, un proyecto que aún considero en pañales, y aunque poco a poco va dejando de gatear y empieza a andar, aún tenemos que aprender a mantenernos en pie. Un blog que nació por una necesidad básica: dar una visión diferente de los videojuegos, lejos de influencias externas y ayudar en lo posible a visibilizar los pequeños proyectos que se ven eclipsados en los grandes medios. Y fue entonces cuando, como un tren a toda velocidad y por medio de un amigo, llegó Games Tribune Magazine hasta mis manos.  

No fue el formato de la revista lo que me llamó la atención, que también. No fue la portada y su cuidado diseño, que también. No fue ni siquiera el perfecto maquetado de los artículos, que también. Lo que me llamó la atención fue el encontrarme con una filosofía compartida de cómo debería ser el medio y la manera de llevarlo a cabo. “¿Como no voy a apoyar un proyecto así?” – era lo que me repetía al volver a casa. De esto hace ya más de un año. 


GTM, el inicio de algo más grande

Games Tribune se ha ganado por mérito propio ser un referente dentro del periodismo de videojuegos. El trabajo, el esfuerzo y grandes dosis de cariño a todo lo que cae entre sus manos, les ha puesto en el mapa de golpe y porrazo. Con una apuesta a priori arriesgada, basándose en la suscripción de los socios, GTM ha conseguido llegar hasta los 50 números con más de millar y medio de socios que les respaldan. Por eso cuando llegué a sus oficinas y me senté, rodeado de pilas y pilas de cajas y sobres de envío, entendí la verdadera dimensión de lo que tienen entre manos. Allí estaba con Juan Tejerina, Juan Pedro Prat y Ramiro Diez (la que podríamos llamar la trifuerza de GTM), aplicando mi fórmula maestra para saber cuanto grado de nerviosismo tenía, mientras charlábamos distendidamente (entre un gran soborno de dulces). La primera pregunta creo que fue acertada después de ver el volumen de revistas que acumulaba un número tan especial como es el número 50.  

Llegar hasta este punto debe haber sido un camino complicado y, la profunda respiración de Juan antes de que Juan Pedro saliese al rescate, me confirmó que no todo había sido un camino de rosas. «Definirlo todo o acortarlo en una frase, en plan: se ha llegado hasta aquí, así, sería injusto para la magnitud de todo esto». Detrás de Games Tribune hay una historia de supervivencia, de ir número a número, sin plantearse un objetivo a largo plazo que tanta frustración genera en proyectos que empiezan. «Se llega sin ambición, con mucha paciencia – apunta Juan -. Nunca hemos tenido como objetivo llegar al 50. Hemos tenido como objetivo llegar al siguiente, y coincide que eso ha ocurrido 50 veces.» 

«Nunca hemos tenido como objetivo llegar al 50. Hemos tenido como objetivo llegar al siguiente, y coincide que eso ha ocurrido 50 veces.» 

Una vez abierto el melón, y visto que en el ambiente había la suficiente confianza, creí correcto indagar un poco más en esa visión que tenían sobre el sector y que ha creado una marca propia dentro del medio. Aquí es cuando Juan se puso un poco más serio, mientras me contaba como trataban de llevar a cabo un proyecto, sin depender del lastre que supone la publicidad «el planteamiento era muy claro: si Pérez Reverte vive de vender sus libros y no tienen publicidad, ¿por qué una revista sí? […]. Al final con este planteamiento no tienes que depender de poderes externos que van a influir en lo que escribes» 

Hablar de medios de videojuegos, en parte, es hablar también de un baile de anunciantes, distribuidoras y contratos del que Games Tribune no ha querido ser participe. No porque no sepan bailar, sino porque ellos tienen su propio estilo de baile. Un estilo que les da manga ancha para enfocar sus textos, y su propia revista del modo que mejor les parezca. En este aspecto fueron brutalmente sinceros (ya me habían avisado de ello) pero quizás, Juan Pedro, me cogió con la guardia demasiado baja. «No hay que desvirtuar la libertad, somos muy conscientes de hasta donde podemos llegar. […] Siempre intentamos, primero, ser profesionales y segundo ser, consecuentes.  

La libertad no te otorga un arma para atacar de manera desproporcionada algo. Nosotros podemos hacer una crítica de un juego, y que no nos haya gustado. Pero una cosa es hacer una crítica y otra destruir un juego». De entre los ejemplos que me expusieron creo que el de Death Stranding es el más sonado. Mientras que la prensa generalista alabó la obra de Kojima, Games Tribune fue uno de los pocos medios que fue a contracorriente, fruto de ser consecuentes y sinceros con lo que ellos mismo piensan. «Las alarmas de GTM no se encienden cuando se cabrea Sony, se encienden cuando es el socio el que se cabrea», sentencia Juan. 

Si GTM es conocido también, es por echar una mano al indie español dándoles oportunidad de, además de salir en la propia revista, optar a una de sus conocidas portadas. En España hemos tenido un gran 2019 con títulos como Blasphemous o Arise, que también han sido portadas de la propia revista. El propio Juan me quitó las palabras de la boca al hablar de cómo hay que plantear el análisis de un indie: «Nosotros a medida que nos hemos ido metiendo en la industria hemos ido conociendo equipos que hacen videojuegos. Ves lo que hay detrás y es cuando empiezas a entenderlo mejor y a verlo con mucho más respeto. Por eso a la hora de plasmar una crítica negativa, tienes que tener la profesionalidad y el respeto para hacerlo de una manera que no sea hiriente. […]. Ocurre mucho, síntoma de esta no independencia, que los grandes juegos se llevan criticas edulcoradas y “lo que es malo, no es tan malo” es… parte de su magia. Sin embargo, ese mismo redactor en un juego indie eso mismo lo machaca».  

Por su parte Ramiro ponía el punto y final a este apartado con una muy buena reflexión: «No vas a conseguir una reunión con Square Enix en Londres, o sí, pero a los 6 años o 7 años de trayectoria. Entrevistas, con miles de ojos analizando que es lo que estás preguntando y como lo estás haciendo. Pero si miras un poco más cerca tienes a un tío que estuvo en la época de Commandos y que ahora sigue haciendo cosas chulas […]. El problema es la típica tendencia española de: lo de fuera mola más. Tío, tienes aquí gente que es la puta caña, haciendo grandes cosas, dales una oportunidad». 


Entendiendo un modelo diferente

Parte del éxito de Games Tribune sin duda alguna es su modelo de subscripción. Dependiendo del nivel al que se abonen, los socios reciben diferentes recompensas que van desde 2,49€ (donde se recibe la revista de manera digital), pasando por la Silver (donde también se recibe la revista física) hasta modelos premium de 19,99€ que, además de todo lo anterior, también se reciben láminas especiales y, cada seis meses, la revista hermana Manual. 

Este sistema parecido a un crowfunding es algo que los nuevos usuarios tienen asimilado como una opción más pero que en los inicios, dio bastante de que hablar. Cuando abordé el tema de cómo había sido la recepción por parte de la gente, recibí un sonoro «Rechazo» por parte de los tres, seguido de risas. «GTM fue una revista que salió en su momento y que fracasó a los 3 números. – nos cuenta Juan-. La base primordial está planteada por las cenizas de esos 3 números fallidos. Incluso hubo mofas por el tropiezo. […]. Las voces de la prensa fueron: que gilipollez es esta, que locura, no van a vivir más de tres números […]. Y todo porque planteábamos un modelo que no existía pero que era curioso, porque el usuario de videojuegos tiene aceptado ya el pago por suscripción». A lo largo de estos años de vida, la gente ha ido adoptando y comprendiendo un sistema no muy desconocido para los que habitúan a seguir plataformas como Kickstarter 

En este punto la nostalgia afloró de manera natural y me vi envuelto en las anécdotas de una GTM que daba sus primeros pasos en el mundo. Entre ellas envíos incorrectos, gente dudando de que habían hecho con su dinero… y hasta una imprenta partida por la mitad con la que tuvo que lidiar Juan Pedro «los primeros números eran un drama. Nos llegó a pasar que nos llegó un mensaje de la imprenta que nos decía que no iban a llegar los números porque se les había hundido la empresa. Literalmente “ha habido un terremoto y se nos ha hundido la imprenta entera”». Ahora lo recuerdan entre manos tapándose los ojos, nostalgia y risas, pero sin duda es el reflejo del comienzo de un proyecto, como todos, duro. 

Ramiro es, en gran parte, el culpable de que las revistas lleguen a cada uno de los socios y el que mejor ve la progresión que van teniendo los socios dentro de la revista «antes pasaba más: entraban en Silver y daban el salto o se borraban o lo que fuera. Es más, las suscripciones más bajas son las que menos socios tienen. Hay mucha gente entra en la Silver pero ves que en el mismo mes dan el salto. Y ni siquiera han entrado en el chat ni nada, pero comparan, ven que por un par de euros más tienen mejor contenido y aumentan la suscripción». 


Una comunidad sana; pilar fundamental

En varias ocasiones salió en la conversación la comunidad que respalda a GTM y que le da vida a un proyecto tan ambicioso como es este. Y es verdad que una de las primeras cosas a las que te invitan al darte de alta es a unirte a esa comunidad que han creado. Una comunidad tan rica y sana que, en la época de las guerras de consolas y de los trolls anónimos, cuesta hasta llegar a creer que exista. Es por ello que decidí ahondar en por que era tan importante para ellos esta parte de Games Tribune y la respuesta por parte de Juan fue clara. 

«Lo buscábamos incluso cuando éramos una web. El problema es que, como tu contenido es gratis, lo que te entra son hijos de putas; trolls que buscan destruir y que siempre van a comentar cuando algo no les gusta. Eso provocaba un efecto demoledor en la gente que escribía sin cobrar. Teníamos que ser capaces de construir un lugar donde gente que estuviese hasta los huevos de los trolls tuviese un lugar donde reunirse. Y es un lugar curiosamente en el que todo el mundo responde con su nombre real, no con un nick». Esto cobra especial importancia porque es un pensamiento con el que, tanto Juan Pedro como Ramiro están de acuerdo, pero que cala en todos los miembros de la comunidad. «La primera GTM se firmaba con nicks, pero ahora se firma con nombres reales. Tus textos los tienes que respaldar con tu nombre y te tienes que responsabilizar de ellos. Ese pensamiento se trasladó a la comunidad. En el momento en el que respondes con tu nombre, la gente es mucho más consecuente con lo que hace y con lo que dice». 

«Teníamos que ser capaces de construir un lugar donde gente que estuviese hasta los huevos de los trolls tuviese un lugar donde reunirse. Y es un lugar curiosamente en el que todo el mundo responde con su nombre real, no con un nick» 

Esto también desemboca en que los socios sean participes de la propia difusión de un producto del que se sienten parte y del que disfrutan dando lugar a que la revista funcione casi en exclusiva por el boca a boca «No tenemos publicidad, bueno es que tampoco podemos permitírnosla» comenta Ramiro entre risas. 

También quise ahondar un poco en esa parte más oscura que a veces tienen las comunidades y que, en el caso de Games Tribune, les puede costar una filtración de la revista en internet. Cuando lo pregunté (incidiendo más sobre la propia piratería) la respuesta de los tres fue una mueca de “nos da igual”. No os voy a mentir, pero aunque lógica, me sorprendió mucho la respuesta de Juan: «No lo controlamos. Sabemos que los PDFs rulan por muchos sitios, pero nos da igual. Creemos que invertir tiempo en controlarlo es tiempo que perdemos y no lo vas a evitar. Sabemos que nuestro valor diferenciador es el formato físico y eso no se va a poder piratear». A lo que Ramiro añade, «Es más son los socios los que dan la voz de alarma y nos dicen: oye en este Telegram está pasando esto […]. Y todo viene por el diógenes digital. ¿Ah qué es gratis?, pues me lo bajo. […] además a todos los miembros se lo decimos: tú puedes darte de alta y bajarte los archivos. No tienen ningún tipo de restricción. Ahora tú eres consecuente con lo que vas a hacer con ese archivo». 


El poder de las letras

A estas alturas ya llevábamos casi cincuenta minutos de lo que empezó siendo una entrevista, y acabó siendo una charla distendida sobre temas que nos apasionan. Es lo que tiene que te apasione algo, que podrías estar horas y horas hablando y no cansarte nunca. Para cerrar quise hacer la pregunta más típica que se puede hacer en estos casos e intentar que se mojaran un poco hablándonos de su revista favorita. Sus caras denotaban la dificultad del reto que le había planteado, sabiendo que cada revista es como un pequeño hijo para ellos.  

Ramiro fue el primero que se atrevió: «Yo algunas revistas las recuerdo por lo que vamos consiguiendo. Me acuerdo el número que fuimos a la Gamescom, que conseguimos entrevistas de muy alto nivel. Además, coincidió con la portada de Blasphemous. Luego esto te abre más puertas y ese hito que alcanzaste ese día lo recuerdas. Otro que recuerdo, por ejemplo, es la de God of War. Luego ves por Twitter una foto de Cory Balrog en su casa y tiene la revista detrás en la estantería y eso si que es un subidón. Te podría decir varios, pero uno, es muy difícil». 

Por su parte Juan quiso darle un poco la vuelta a la pregunta: «Por contenidos yo creo que la número 50. Yo he hecho 2 entrevistas a actores de doblaje. En la 50 le hago entrevista a Rafa Azcarraga y fue una entrevista que, porque me encanta el mundo del doblaje, salió muy bien. A parte el texto es bueno, las fotos son muy buenas, le tengo mucho cariño a ese texto. Además, tiene un articulazo de Juanpe de como se hace GTM por dentro, así que, por contenido, me quedo con el 50. ¿Por portada? Persona 5 le tengo mucho cariño. Death Stranding también porque creo que es espectacular. La God of War que me tire 9 horas para hacer el logo de GTM en piedra, eso fue impresionante… Y a una que le tengo especial cariño es a la de Mario Tennis que es donde salió nuestros colores corporativos». 

«Queremos mantener vivo el proyecto y sobre todo con salud. […] Pero todo lo que hagamos tiene que ser sea avalado por la fama que tenemos en cuanto a calidad y que sea con mucho mimo» 

Le tocaba el turno a Juan Pedro, pero en sus gestos vi cómo se resistía: «Es que es tan difícil… yo no te puedo elegir una. Es que, aunque ahora veáis las revistas pequeñas (refiriéndose a GTM2) y demás, nosotros tuvimos una etapa en la que la revista, por contenido, era mucho más pequeñita. Necesita mucha más alimentación, no crecía, estaba en la incubadora como quien dice y nos costaba sudor y lágrimas sacarla. Esos números por H o por B, eran un drama […] todo esto con gente que hacía esto en su tiempo libre. Incluso teniendo 30 páginas costaban más que las de ahora. Es más, hasta el número 20, no había plantillas, se diseñaban las páginas una a una». 

Como cierre a esta conversación quise saber cómo piensan en el futuro de GTM, como creen que estarán en un futuro con todos los proyectos que han ido abriendo. La respuesta de Juan volvió a ser igual de contundente: «Volvemos al principio: al siguiente número. Queremos mantenerlo vivo y sobre todo con salud. El crecimiento de GTM no es un pico, es exponencial, por lo que es saludable y en parte es un crecimiento lógico. Pero todo lo que hagamos tiene que estar avalado por la fama que tenemos en cuanto a calidad y que sea con mucho mimo, que no sea sacar por sacar». 

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