Tener mucho apego y amor a una saga de videojuegos es complicado porque, a veces hay que comulgar con ruedas de molino y distorsionar la realidad lo suficiente, para no desencantarnos con un movimiento que ha hecho la empresa en cuestión. O incluso, todo lo contrario, rabiar porque nos han tocado algo que consideramos nuestro por derecho propio y que al final, no era tan malo. Seguro que a la mente se os esta viniendo más de un caso en el que los amantes de una saga cualquiera han sacado la espada y el escudo para defender políticas que nunca defenderían en cualquier otra saga; es más, seguro que las señalarían y se mofarían.
Dentro de estas políticas hemos asimilado ya como algo normal los DLCs, al igual que en su momento nos tocó aceptar que, para poder jugar online en consola había que pagar. Aún siguen quedando resquicios de tiempos pasados donde se recortaban juegos de manera descarada para venderlos a parte. Con el tiempo estos contenidos han ido encontrando su hueco y establecerse como una manera de alargar nuestros juegos favoritos sin necesidad de sacar una nueva entrega.
Sabiendo que esta política está más que asimilada y que las empresas se esfuerzan cada vez más en sacar un contenido de calidad que alargue la vida de su producto no deja de sorprenderme cuando, con cada lanzamiento, vuelve a reabrirse esa estúpida guerra de consolas constante que no lleva a ningún sitio. Un terreno peligroso donde la distorsión del fan con respecto al DLC varía según el color de la empresa, consola o saga de nuestra preferencia.
El pase de expansión de la discordia
Cuando el otro día acabó el Pokémon Direct saqué dos cosas en claro. La primera es que este Direct le ha servido a Nintendo para intentar arreglar Pokémon Espada y Escudo y darle a la comunidad parte de lo que piden yu así calmar los ánimos; la segunda es que el pase de expansión no iba a gustar… a nadie que no hubiese jugado a esta entrega.
Seamos sinceros, la propuesta de este pack de expansión viene a arreglar lo que en su día no lanzarnos en esta entrega pero lo hace sin ningún tipo de pretensión ni de intención como otras tantas empresas ya lo han hecho en su momento; una zona nueva que explorar pero sin más aspiración que dotar de contenido al juego base. Punto.
¿Por qué me lo llevo a un caso tan concreto?. Tal vez puede que sea porque Pokémon es una saga con mucho más público que otras pero gracias a ello ha dejado entrever claramente el «si es de mi saga favorita trago con lo que sea» del que he hablado anteriormente. Gente por redes o personalidades de Youtube o Twitter (a las que me niego en rotundo a nombrar) que día a día están renegando de políticas idénticas a las ofrecidas en este Pokémon Direct, cambian de parecer y alaban una decisión que, al final, lo que hace es alargar la vida de un producto; sea cual sea.
Entonces, ¿dónde ponemos la línea entre el contenido de calidad y lo que se hace para sacar dinero?. ¿Por qué el contenido anunciado antes de lanzamiento de Assassin’s Creed: Odyssey es más saca cuartos que el que se anunció para Zelda: Breath of the Wild o Marvel’s Spiderman? ¿Por qué está justificado sacar un remake a trozos, como FFVII Remake, cobrando como un juego completo por cada parte pero no vemos bien que Resident Evil tenga sus propias revisiones por título?. ¿Por qué lo de tu empresa favorita es mejor que lo de la mía siendo las mismas políticas?… y así podría continuar hasta mañana.
Esta hipocresia del «lo mio mejor, lo tuyo peor» no hace más que intoxicar una comunidad que no necesita de estas batallitas entre egos y que lo único que hace es dejar ver de que pie cojea cada uno. Si una empresa recorta contenido para después hacernos pasar por caja y da la casualidad que es nuestra empresa fetiche, hay que agachar las orejas y señalarlo. De lo contrario lo único que tendremos (o que ya tenemos) serán productos inacabados vendidos a precio de producto final que solo llegan a ser productos completos con el paso de las actualizaciones; y gracias al dinero de los fánaticos de dicha saga, cabe decir.
El DLC, ese invento del demonio
Mi opinión con los DLCs ha ido cambiando según el paso del tiempo y he ido viéndolos con otra perspectiva. Mi manera de ver estos pases de temporada son la de recompensar al estudio por un juego que me ha dejado con ganas de más. Este contenido extra es una manera de volver a engancharte a un juego que te gustó y alargarlo sin tener que volver a pasar por caja por un juego completo.
Entiendo que no todos los contenidos sean expansiones tan amplias como las de The Witcher 3, por poner un ejemplo, pero seguir disfrutando de un juego con contenido nuevo no veo como puede ser malo, en ningún caso. Depende de ti como jugador el decidir si ese extra lo vale o no. ¿Te ha gustado Pokémon: Espada y quieres seguir jugándolo?. Aprovecha y, si te convence, disfruta el contenido que han preparado. ¿Quieres seguir adentrándote en la historia de Alexios?. Tienes más de 50 horas de contenido extra. Disfrútalo. ¿No has tenido suficiente con las más de 50 horas de Geralt?. Pues tengo unas 70 horas más de buenas noticias.
Eso sí, hay que ser un crítico con esta política de contenidos y saber cuando un DLC es una manera de sacar dinero de los fans o cuando de verdad quieren expandir la experiencia de juego. Por mucho que Pokémon sea Pokémon o que [inserte aquí su saga favorita] sea [esa saga que has insertado antes] no tienen carta blanca para vender contenido recortado que debería incluir el juego base. Perdón, sí que la tienen, pero deberíamos ser lo suficientemente críticos para saber cuando decir basta porque al final nos encontramos con una pescadilla que se muerde la cola.
Por mucho que me cueste asimilarlo la guerra de consolas, aunque estúpida e irracional, existe. Si competimos por ver si mi equipo favorito mete más goles que el tuyo, ¿por qué no ibamos a competir porque mi empresa favorita venda más que la tuya?. Será que yo siempre he disfrutado de los videojuegos (en plural) y que las marcas, sagas o consolas me son indistintas y por eso no llego a comprender ese fanatismo.
Me estoy haciendo mayor.
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.
Yo opino igual, hay que saber que comprar y que no comprar aunque sea tu juego favorito .Porque si se están aprovechando para hacer un juego de peor calidad para hacer dlc. Es una practica que deberíamos rechazar y tarde o temprano las empresas dejarían de hacerlo
Yo opino igual, hay que saber que comprar y que no comprar aunque sea tu juego favorito .Porque si se están aprovechando para hacer un juego de peor calidad para hacer dlc. Es una practica que deberíamos rechazar y tarde o temprano las empresas dejarían de hacerlo