La realidad virtual está creciendo a pasos agigantados creando experiencias de juegos que hace algunos años eran impensables. Poder recorrer una nave espacial a la deriva llena de monstruos que nos pueden matar y sentir la sensación de estar allí era algo inimaginable; ahora gracias a la realidad virtual y a The Persistence ya es posible. Este juego de realidad virtual ha sabido coger lo mejor de varios géneros de los videojuegos y crear una fórmula donde cada pieza encaja a la perfección. ¿Podréis sobrevivir por vosotros mismos en un terreno hostil como esta nave abandonada?.
Este muerto está muy vivo
Despertamos en una nave que ha tenido un percance. Los miembros de la tripulación han muerto, incluyéndote a ti. ¿Entonces por qué sigues vivo? Una máquina que incorpora la nave ha conseguido crear una copia de ti para que puedas seguir investigando. No sería ninguna molestia si la máquina, además de a ti, no crease copias corruptas de la tripulación que vagan hostilmente por la nave. Nuestra misión será reiniciar los sistemas para volver a casa. ¿Fácil no?. El planteamiento del juego es sencillo y nuestra misión clara; llevarla a cabo no será tan fácil.
The Persistence ha querido hacer una mezcla de varios géneros aprovechando lo mejor de cada uno de ellos para darle una profundidad nunca vista en la realidad virtual. Por un lado tenemos un juego roguelike donde nuestra protagonista aprenderá nuevas habilidades y las mejorará en base a la muerte. El juego es diferente cada vez que morimos o reiniciamos una partida haciendo que el mapa sea totalmente diferente en cada partida. Este planteamiento roguelike es una apuesta arriesgada. Si bien es verdad que le da muchos recursos al propio juego para no acabar siendo un juego monótono hay mucha gente que no entenderá que, para avanzar, hay que morir. Sin duda la gestión de la frustración es básica en este juego.
La creación procedural de cada mapa cada vez que juguemos está muy bien implementada y hace que cada vez que juguemos tendremos que andar con mil ojos porque las cosas no están en el mismo sitio que la anterior vez. Si que es verdad que, con el paso de las partidas, hay ciertas estancias o patrones que llegas a descubrir así como la generación de algunos enemigos puestos en sitios concretos para dificultarnos las cosas. Aún así siempre tendremos que ir con pies de plomo para no acabar fiambre ya que los enemigos no tendrán piedad de nosotros.
Con cuidado que vas a despertar al niño
Por otro lado tenemos el sigilo, parte fundamental de este juego. Aquí es donde entiendes que, en The Persistence, eres la presa, no el cazador. Esta sensación de vulnerabilidad está presente durante todo el juego y es uno de los grandes puntos fuertes de este juego. Un error puede significar la muerte por cualquier enemigo que nos encontremos: repito, no somos el cazador.
La única herramienta de defensa (a parte de las armas y el escudo) será un visor que podremos usar para situar a los enemigos dentro de la habitación y un salto con materia oscura que podremos usar para saltar a través de objetos. El sigilo bien ejecutado nos hará las cosas mucho más fáciles para eliminar a los enemigos o bien pasar de largo pero no siempre tendrá buen resultado. Una de las cosas que más me chirrían de esta obra es la IA de los enemigos.
En un principio estos tienen unas rutas o un patrón que si lo averiguamos podremos trazar nuestro plan ya sea atacando o evitando la confrontación. El problema viene cuando la IA es algo volátil y aleatoria y, en algunas ocasiones, abrir una puerta a dos metros de un enemigo o enfocarles directamente con la linterna no tiene consecuencias. Sin embargo, en otras, un mínimo ruido alerta a un enemigo a dos habitaciones de distancia. Esto hace que, intentar predecir lo que van a hacer los enemigos, sea desesperante ya que das por hecho que no pasará nada y acabas muerto, con el consiguiente: «vuelve a la zona, elimina todo otra vez, equípate, etc».
Quiero pensar que está hecho así para hacerlo lo más real posible pero es algo que intento decirme para autoconvencerme.
Apunta bien que al final tenemos un disgusto
Con respecto a la parte shooter decir que, The Persistence, se juega con mando. Tendremos los brazos pegados siempre a la visión algo que resulta un poco raro al principio si estáis acostumbrados a los juegos con libertad de movimiento en las manos. Para poder tener armas con las que defendernos tendremos que conseguir encontrar ciertas máquinas que nos crearán armas especiales. Estas armas tendremos que desbloquearlas visitando estás máquinas e intercambiándolas por puntos. Esto hará que visitar estos puntos será esencial para poder sobrevivir.
Un acierto también ha sido intentar acercar la experiencia a más público haciendo que la sensación de mareo disminuya oscureciendo los alrededores de la visión al andar. Esto (lo he podido probar con varias personas) ayuda bastante a eliminar la sensación de mareo.
Una situación tan oscura como lo es una nave pérdida en el espacio pide a gritos un componente survival horror. Este componente nos lo da la ambientación de por si pero, los enemigos, ayudarán saliendo de algunos rincones para sorprendernos. Esto unido a ciertos elementos que se van desprendiendo o golpeando hace que más de una vez peguemos un bote del susto. He de decir también que, el recurso usado para estos sustos, siempre es el auditivo poniendo sonidos a muchos volumen para crear el susto.
Con amigos es mejor… bueno no siempre
Por último hablar del sistema PlayLink integrado en este juego donde, alguien desde fuera con un smartphone o tablet, podrá ayudarnos como si fuese el asistente virtual que nos acompañe al juego. Podrá desde abrirnos puertas hasta congelar enemigos para ayudarnos a eliminarlos todo viendo un mapa general de todo lo que se genere. Eso sí, no todo serán ayudas. Para subir de nivel nuestro compañero tendrá que recoger células madres de enemigos o… de nuestro cadáver. También tendrá mecánicas para poder enviarnos enemigos o bloquearnos las habilidades. ¿Quién quiere enemigos con amigos como estos?
The Persistence es una apuesta en firme por la evolución de la realidad virtual y demostrando que los juegos para este nueva tecnología no sólo tienen que ser disparos y poco más. Con su propuesta se abre un abanico de posibilidades que provocará que se añadan elementos que, hasta entonces, la realidad virtual se ha mostrado reacia a incluir. Este juego es un reto constante, divertido y con un buen planteamiento que, aún teniendo sus más y sus menos y haciendo que en ocasiones nos frustremos, es uno de los mejores juegos que he podido probar en realidad virtual de lo que llevamos de año.
Os dejo un vídeo que tenemos en el canal de Youtube donde os mostramos la primera hora de este juego. En el vídeo me da tiempo a completar la primera misión y podéis ver algunas de las mecánicas de este juego de realidad virtual.
Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.