En un principio escogí analizar Bee Simulator por la idea tan estrafalaria que resulta. ¿Un simulador de la vida de una abeja? ¿Será parecido a otros títulos como el archiconocido Goat Simulator? La respuesta corta es no. Bee Simulator pues, se trata de un juego de ámbito educativo, que a su vez destaca por un cierto humor para recordarnos lo que es, un juego. Es de hecho curioso que ya la terminación “Simulator” ya no se asocie a lo que debería ser, un simulador realista.
Empezando en la colmena
Nada más empezar, el juego ofrece la posibilidad de alternar entre tres niveles de dificultad, un hecho destacable. Se pedirá el nombre de la abeja que se encarna, aunque el nombre por defecto es Beescuit.
Una vez se ha nacido como abeja, se pedirá conseguir polen como misión inicial para aprender los controles, pero más importante aún, para enseñar el mundo en el que se va a jugar.
En este mundo, lleno de vegetación y vida, la abeja tendrá distintas misiones y objetivos, que van desde la más sencilla y elemental, la recolección de polen, hasta la defensa de la colmena y de las hermanas abejas, pasando por distintas competiciones.
A su vez, se disponen de distintas habilidades como danzas o una visión específica que permiten la identificación de las mejores flores para recolectar la mayor cantidad y calidad de polen.
Sin embargo, los controles han resultado, en experiencia propia, bastante complicados de manejar. Tanto a nivel mecánico como a nivel de adaptación. Por ejemplo, el moverse por el mundo abierto en una carrera y el combate contra avispas han resultado bastante tediosos con algún que otro “game over”.
Un paisaje hermoso, pero no el movimiento
Bee Simulator transcurre en un parque, inspirado en Central Park de Nueva York, que cuenta con gran cantidad de detalles. Los gráficos en este caso destacan proporcionando realismo al juego. Los animales que se van encontrando en el zoo del parque, la cantidad de vegetación e insectos inundan de vida al parque. Este mundo, a su vez, se ve interesante desde la visión de una abeja.
Sin embargo, las animaciones de las personas y otros animales no cuentan con el mismo nivel y se ven realmente ásperas. Se ven sentenciadas cuando apenas reaccionan ante la presencia de la abeja protagonista. Teniendo en cuenta que se pueden encontrar depredadores de las abejas y que estos no reaccionen al jugador, aleja más el término “simulator”.
Bee Simulator viene a concienciar
El juego presenta distintas pantallas de carga que se hacen entretenidas con la aparición de curiosidades sobre estos insectos. Estas denotan el auténtico objetivo de Bee Simulator, concienciar sobre la importancia de las abejas.
Ya desde el inicio se explica la importancia que han tenido, tienen y tendrán las abejas melíferas en la evolución del planeta. Debido a su capacidad de recolectar polen, como otros insectos, permiten, valga la redundancia, polinizar distintas plantas, permitiendo que se reproduzcan y extiendan por el medio.
Si bien, como se ha comentado, otros insectos también son capaces de dicha acción, la importancia de la abeja radica en que esta basa su forma de vida en esta acción y a la producción de miel.
Se sabe bien que, sin la aparición de las abejas, la vida actualmente hubiera sido muy distinta para cualquier ser vivo, tanto plantas como ser humano. Para las primeras para su reproducción, ya que, al ser inmóviles, dependerían puramente del viento y suerte de que hubiese otra planta de la misma especie cerca para que el polen pudiese volar hasta ella. Esto implica, para el ser humano, en la aparición de vegetación, fruta y otros tipos de alimentos y materiales.
Bee Simulator explica dicha importancia y como la acción del ser humano sobre la naturaleza ha puesto en peligro a la especie. Si este problema no encuentra fin de forma inmediata, la vida en el planeta se verá altamente alterada. Es por lo tanto un intento interactivo para concienciar, tanto a los más pequeños de la casa, como a los adultos, de la importancia de estos agradables insectos.
Conclusión, es un juego que no debería haber existido con este propósito
Desde el punto de vista de un videojuego, se le puede calificar como un juego para un disfrute pasajero, pero que seguramente entretiene a los más pequeños mientras aprenden. Un juego educativo, pero que no parece una lección de colegio. A medida que nos vamos encontrando con distintos animales e insectos, estos se quedan guardados en una enciclopedia que podemos consultar en el juego.
Poniéndonos en una posición más seria de lo habitual, Bee Simulator es un juego que no debería haber existido para concienciar. Esta concienciación, pues, considero que ya tendría que haberse aplicado desde hace bastante tiempo atrás.
Dicho esto, considero digno de admirar y felicitar a Varsav Game Studios y a Nacon Games por el trabajo que han hecho para educar a la sociedad de la importancia medioambiental de las abejas. También un agradecimiento a BigBen Interactive por proporcionarnos el juego para este análisis.