De la mano del programa PlayStation Talents de PlayStation España, la desarrolladora española WildSphere nos trae este título donde volveremos a adentrarnos en el mundo de Naught, un viejo conocido para los usuarios de juegos móviles; que llega ahora para PlayStation4, Nintendo Switch y PC (a través de la plataforma steam).
Cambio de roles
En Naught nos ponemos en la piel del alma de un felino, que acompañado por el espíritu de un árbol tendrá que ir superando niveles donde descubriremos el trasfondo de su emotiva historia, donde nos encontramos y en que situación está nuestro protagonista. Según palabras de los desarrolladores, WildSphere, el punto de partida para esta nueva apariencia no es Naught original, sino Naught Reawakening; dando una personalidad única a este título, que sin perder la esencia de los anteriores lo diferencia de los mismos.
Naught se basa en la mecánica de manejar al personaje controlando el entorno. Jugar con la gravedad. Aunque podemos saltar con el protagonista, la mayoría de nuestras acciones para avanzar en los niveles estarán enfocadas en ir rotando la pantalla. Los controles son muy sencillos, como hemos dicho hay un botón de salto para el personaje; y dos maneras de jugar con el escenario, girando gradualmente mediante el joystick o los gatillos y haciendo giros bruscos de 180 grados.
Como la misma WildSphere reconoce, este plataformas recibe influencia de la saga Sonic, de la velocidad y los giros de este personaje. Esto se hace notorio en el ritmo que nos vamos a encontrar en los niveles, que presumen de un dinamismo que te harán ir avanzando hasta el final casi sin darte cuenta.
Marcando ritmo desde el inicio
Las impresiones que tenía viendo los trailers previos al lanzamiento eran de un juego que podía hacerse cuesta arriba para mí, debido a la falta de costumbre en estas mecánicas. Pero nada más lejos de la realidad, es fácil acostumbrarse a lo que te exigen sus niveles y rápidamente dominas la tarea de jugar con la gravedad. En el mismo segundo nivel (de 40 totales), tras haber superado un primero que sirve de toma de contacto, ya es necesario tener un buen manejo de lo que pide el título para superarlo, algo que aplicarás casi sin darte cuenta.
Lo aplicarás sin enterarte debido a que jugar con la gravedad es la manera más eficaz, y casi única, de sortear los problemas. El personaje no puede atacar y el salto no termina de funcionar del todo bien con la mayoría de obstáculos que se nos presentarán en el camino. Por lo que la única manera de esquivar o escabullirse será girando escenario para cambiar nuestra dirección; o bien haciendo un 180º en el que nuestro gatete pasará de estar en el suelo al techo en cuestión de décimas de segundo.
A la comodidad del juego también ayuda el diseño artístico de los niveles. Una paleta de colores donde destaca el contraste entre blanco y negro pero que carece de destellos que entorpecerían en la jugabilidad. Además esta mezcla blanquinegra hace que no te centres solo en la jugabilidad, sino que no te separes de la pequeña historia de luces y sombras que acompaña el juego. Tampoco hay demasiados elementos en el escenario, salvo los estrictamente necesarios, algo que favorece a la agilidad y rapidez con la que iremos devorando niveles.
Esquivando la repetitividad
Como hemos dicho 40 niveles, en donde encontraremos varios tipos de escenarios que ayudan a la variedad de los mismos. Los más tranquilos serán un mero paseo lineal que completaremos rapidamente y nos servirán para llenar nuestros niveles de «puntos de salud» recogiendo pequeñas gotas de agua. Este tipo de nivel evoluciona a uno con mas dificultad que aunque mantiene su linealidad presenta más elementos que nos pondrán en más apuros; y donde tendremos que usar toda nuestra habilidad para superarlo.
Otro tipo, se da en niveles con espacios más abiertos y con mayor número de elementos del género de plataformas. Personalmente este tipo de niveles ha sido con el que más me he divertido dentro del juego. Sobre todo debido a que esas dos características que he mencionado provocan que haya varias formas de superar los niveles; así como el número de virguerías que podemos hacer con nuestro personaje es mayor y más espectacular. Incluso he llegado a repetir alguno de estos niveles a pesar de haber obtenido la primera vez todo de ellos (tres gemas por nivel), simplemente por intentar buscar una nueva manera de superar su reto.
Finalmente, tenemos un par de niveles que son algo más rápidos y frenéticos. Uno de ellos consiste en una caida libre en la que tendremos que ir esquivando algún pequeño obstáculo; y en los que el mayor peligro son las paredes que están en su totalidad llena de pinchos que nos enviarán a la casilla de salida al mínimo roce. En los otros manejaremos al espíritu del árbol que nos acompaña, el cual tiene una forma de esfera, y consistirán en recorrer un laberinto en el que la única dificultad será encontrar el final del nivel o el lugar donde se encuentran las gemas.
Dominando el «freestyle»
Además de lo dicho cuenta con un modo contrarreloj, aumentando la rejugabilidad y proporcionando una dificultad extra a los cazatrofeos. Con esto me pasó igual que al pasar por los niveles la primera vez, me resultó más divertido en aquellos que contaban con escenarios más amplios y más obstáculos o elementos con los que interactuar. Quizás, el único punto que me echó para atrás a la hora de seguir mejorando resultados en alguna ocasión, es que si mueres mucho en algún nivel la música se vuelve repetitiva.
Un título sencillo y bien acabado, en el que rápidamente captas la esencia del mismo y el objetivo que te propone. Por todo esto, se va a convertir en uno de esos juegos para retar a mis amigos cuando vengan a cenar a casa. Sobre todo por sus giros de perspectiva y rotación de escenarios lo veo ideal para echarse unas risas jugando en la sobremesa.
[…] visión propia de lo podríamos llamar juegos de lógica. Sin ir más lejos hace nada pudimos tener entre nuestra manos Naught que ya mostraba esa intención por hacer que el jugador tuviese que esforzarse en pensar bien el […]