¿Aún no tienes una consola de nueva generación? Aguarda y siéntate con nosotros, que te contamos lo que te estás perdiendo en estos primeros meses de generación de boca de un usuario de PlayStation5.
La felicidad de la ocasión
Ya han pasado tres meses desde que PlayStation5 llegó a mi casa, algo más de dos semanas postlanzamiento de la misma. Más de 250 horas de juego después tengo claro las ventajas que estoy ganando como usuario de la misma. Hablando hace unos días con nuestro compañero de isla Santiago, me comentaba a cerca del valor de poseer una PlayStation5 actualmente; debido a la alta demanda y la poca tirada de las mismas que había.
Y no lo veáis mal, no pienso en «estoy más feliz debido a que este producto solo lo tiene un 1 % de la gente que lo quiere y eso lo hace más exclusivo»; si no «estoy más feliz debido a que este producto solo lo tiene un 1 % de la gente que lo quiere y eso me hace sentir más afortunado». Básicamente, que no me hace feliz tener la PlayStation5 y que mucha gente no la tenga; pero si me hace feliz tenerla y saber que había muchas probabilidades de que no estuviese conmigo ahora mismo.
A ver, esto es paja. Todo el mundo conoce esto. Pero quería quitármelo de encima antes de empezar con las respuestas de verdad. Para mi tener una consola de nueva generación en estos meses se ha convertido en una especie de promoción para la que he sido seleccionado; ya que todo lo que veo/juego es una promesa de a donde puede llegar esta generación. Es como probar la demo de un juego, como ese pequeño producto que viene junto a otro para que lo pruebes.
Muy lejos aún del verdadero potencial
¿Por qué se produce esta sensación y no una flipada constante? La respuesta es clara, por la escasez de títulos propios de nueva generación en estos meses. Esto es algo relativamente normal, o al menos esperado. ¿Criticable? No lo sé, imagino que sí. Aunque en mi opinión lo más importante es ir teniendo material poquito a poco. Y ya no solo hablo de exclusivos generacionales como lo ha sido Demon’s Souls, si no también juegos intergeneracionales o juegos de consolas anteriores mejorados.
Hablemos de los exclusivos, concretamente de los dos que más me han mostrado de lo que será capaz la nueva generación. Estos son Demon’s Souls Remake y Astro’s Playroom. Muy diferentes en todo, pero ambos dejan un mensaje muy importante sobre lo que nos espera. Demon’s Souls es una pequeña muestra de la calidad gráfica que podrán tener los juegos de estas consolas. Una fluidez en el combate que yo hasta ahora no había visto en consola; acompañado de unos detalles en escenario e iluminación bastante decentes.
A pesar de sorprenderme para bien, lo veo como una versión muy «light» de lo que podremos tener en esta nueva generación. Algo que es muy entendible, los estudios necesitan tiempo y experiencia para aclimatarse a las nuevas máquinas y exprimir todo su jugo. Pero ya os digo, es una ventana muy digna para asomarse y subirse al carro de la novena generación de consolas. Vais a disfrutar mucho del combate y tranquilamente os dará entre 25-30 horas de alegría si decidís jugarlo una única vez.
Cerquísima del máximo esplendor
En el otro lado, tenemos a Astro’s Playroom, y ya no al otro lado, si no en el otro extremo. ¿Por qué? Si con Demon’s Souls os dije que mostraba sutilmente lo que puede dar de sí la nueva consola; Astro’s Playroom saca todo, y cuando digo todo es TODO, el potencial que tiene el nuevo mando de Sony, el DualSense. Y oye, es una maravilla. Lo es el juego en sí, ya que a parte de esta demostración de la tecnología del control, es un homenaje a la historia de PlayStation; y si alguna vez disfrutaste de alguna de las consolas de la compañía, créeme que te va a alegrar el corazón.
Pasando a lo que sería el control, este juego (incluido de forma gratuita junto a PlayStation5) exprime todo lo que puede dar el mando. Está diseñado (casi) exclusivamente para ese objetivo. Es una pasada, no puedo deciros otra cosa. La vibración háptica y su interacción con el entorno y los distintos usos que le dan a los gatillos adaptativos es sencillamente algo nunca visto hasta ahora. Al menos yo nunca he sentido algo parecido con un mando en las manos. Y si mezclas esa sensación de estar con algo tan novedoso, con toda la nostalgia que trae este título, el resultado es algo mágico. Ves el pasado y sientes el futuro, chispitas en el corazón.
Sin embargo, tengo muy claro que este uso del mando no lo vamos a ver en todos los juegos. Al menos en tanto esplendor, aunque habrá que esperar algunos meses para ver como lo van implementando los próximos títulos; y que novedades traen respecto al uso de sus características. Incluso también pienso que es una puerta de entrada a ver juegos centrados en el «uso» de este mando; o simplemente una herramienta más con la que pueden trabajar estudios pequeños, alejados de superproducciones.
A lomos de los 60 «frames»
Y estas son las dos novedades que más me han hecho disfrutar de PlayStation5 en estos meses. Y ¿esto es todo? Pues no. Y por ello agradezco ciertos detalles como el PSPlus Collection o que realmente los juegos del mes de PSPlus están siendo algo bastante satisfactorio. Gracias a ellos he podido jugar títulos que aún no había podido disfrutar en PS4 como Days Gone y Control, y ojo con mejoras para la nueva generación. No me voy a meter demasiado con la resolución, ya que aunque cuando veo películas o documentales (en esto último sobre todo) disfruto muchísimo del 4K; cuando estoy jugando realmente me cambia poco si el título se mueve a 4K, 2K o Full HD.
Pero, lo que si agradezco es la tasa de imágenes por segundo. Si ya en Days Gone y en Demon’s Souls disfruté ese rendimiento, ni os imagináis en juegos a los que ya había jugado en PS4. God of War y Star Wars Jedi Fallen Order han sido una experiencia muy grata. Fijáos si mi ojo se ha acostumbrado a esto, que juegos a los que yo había catalogado como rápidos y muy fluidos como Final Fantasy VII Remake; ahora se me caen un poco ya que (aún, hasta el 10 de Junio) noto esos 30 fps.
¿Sería suficiente? Imagino que depende de cada uno, para mí hasta ahora lo ha sido. Quizás el hecho de que Returnal no me llame demasiado y Horizon Zero Dawn es de mis exclusivos de PS4 menos favoritos; unido al retraso de Kena, que lo esperaba para estas fechas, han hecho que no esté tan tan ilusionado como en Diciembre-Enero, cuando disfrutaba de Astro’s Playroom y Demon’s Souls. Pero ya os digo, esto se ha mitigado jugando títulos «viejos» a mejor calidad, y la valoración final de estos primeros meses es buena e ilusionante. ¡Espero que estéis disfrutando lo mismo que yo de vuestras PlayStation5 y Xbox Series!