26 abril 2018

Análisis | Thimbleweed Park

By In Análisis, Destacado, Noticias

Las aventuras gráficas han sido uno de los pilares fundamentales para que los juegos de hoy en día sean como son. Allá por los 80 y la primera mitad de los 90 estos juegos copaban la lista de ventas y, en una época en la que Internet ni si quiera se podía imaginar, las guías en revistas o el boca a boca hacían que pudiésemos avanzar en zonas en las que nos atascábamos. Con el paso del tiempo estos juegos dejaron de tener su público, los juegos en 3D llamaban más la atención y las aventuras gráficas tradicionales no supieron dar el salto a esta tecnología, al menos muy pocos supieron encontrar la fórmula.

Compañías como Telltale han conseguido extraer la fórmula que funcionaba de estas aventuras gráficas y darles un buen lavado de cara haciendo lo que yo siempre he considerado como la evolución de las aventuras gráficas pero la esencia se ha ido diluyendo por el camino. Por eso, cuando Ron Gilbert uno de las padres de Monkey Island anunció su proyecto en Kickstarter para hacer una nueva aventura gráfica llamada Thimbleweed Park, todos los amantes de este género le tiramos billetes a la pantalla deseando y esperando que volviera esa esencia. Y he de deciros que lo ha conseguido.

Este muerto está muy pixelado

Thimbleweed Park es una aventura gráfica que vuelve a integrar el sistema SCUMM convirtiendo al juego en un point and click y el cual nos facilita 9 verbos que serán las acciones con las que contamos durante el juego. Por defecto saldrá resaltada la más común, si hay una puerta nos recomendará abrir o en una persona «hablar», pero podremos probar con diferentes opciones ya que, algunos puzles, se resolverán de maneras impensables. Ron Gilbert ha decidido retomar, no sólo la jugabilidad de las aventuras clásicas, si no también el apartado gráfico utilizando el estilo de Manic Mansion como base para todo el juego.

Todo esconde algo y algo esconden todos

No sólo la jugabilidad y los gráficos de las aventuras gráficas clásicas son el referente de este nuevo juego. También, el estilo de desarrollar la historia y, el humor que esconde en sus diálogos y situaciones, son un claro guiño a otras obras del propio Ron Gilbert. La historia comenzará cuando, en el pequeño pueblo de Thimbleweed Park, se comete un asesinato y dos agentes del FBI se presentan para resolver el caso. A partir de aquí la historia se irá torciendo más y más siendo, la resolución del caso, uno más de los objetivos que tendremos que superar. Los dos agentes no serán los únicos personajes que controlaremos ya que, al igual que en Maniac Mansion, podremos controlar hasta 5 personajes, cada uno con unas habilidades que tendremos que utilizar en determinado momento.

Dos agentes del FBI, un payaso con un buen abanico de improperios, una desarrolladora de videojuegos y un fantasma serán nuestros acompañantes durante toda la aventura. El intercambio de los mismo para resolver las situaciones se convertirá en una mecánica más, eso si, de forma individual ya que los personajes tienen poca o nula interacción entre ellos siendo el intercambio de inventario la única posibilidad.

Construyendo a base de píxeles

La ambientación en la que se engloba todo el juego recuerda a series como True Detective, Fargo o la propia Twin Peaks trasladándonos a los años 80 en un pueblo misterioso en el que todo el mundo se niega a colaborar y donde conseguir pistas se convierte en una dura tarea. Los personajes que nos encontraremos en nuestros paseos por los diferentes niveles son sencillos y aparecen en el momento justo en el que lo necesitamos, teniendo su momento de gloria con alguna broma o algún dialogo interesante, y una vez resuelto el puzle que les afecta, serán uno más del pueblo.

La música en el juego no es una parte importante pero está presente durante gran parte de nuestro recorrido. Tiene temas que se quedarán en seguida grabados y otros necesarios para darle intensidad a la escena. En ocasiones oiremos cierta pista más de lo que nos gustaría por tener que pasar una y otra vez buscando algún objeto o pista algo que no es culpa del juego si no de nuestra habilidad para resolver los puzles.

Nostalgia en forma de aventura gráfica

Thimbleweed Park es una aventura gráfica clásica, sin complicarse en buscar añadidos a una fórmula ya funciona. Han sabido darle una vuelta creando una historia subrealista donde encajan a la perfección todos y cada uno de los personajes. También es verdad que teniendo la mente de Ron Gilbert detrás del proyecto y, apelando a la nostalgia con guiños dentro del juego, estaba claro que este juego tenía todas las papeletas para convertirse en una gran aventura gráfica. Una historia correcta, personajes con perfiles totalmente diferentes y humor bastante absurdo hacen que nuestra travesía por Thimbleweed Park sea una gran experiencia.

 

 

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.

Written by Adrián Fitipaldi

Con un mando entre las manos desde el 92. Crecí con un dragón morado, un erizo azul y un fontanero que no se dedica a la fontanería. De mayor intenté comerme la tarta... pero era mentira. Retarme a un duelo de insultos puede ser una decisión mortal. Y por si fuera poco, dirijo una isla de monos... por lo que de mayor ¡quiero ser un gran pirata!.

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