Para hablar sobre este título sobran las presentaciones. Seguro que sabrás de sobra cual es el polémico exclusivo que se estrena en noviembre y del que vengo a hablar hoy. Y digo polémico porque Death Stranding lleva envuelto de un aura de escepticismo desde el primer día. Ya que sus crípticos tráilers hacían las delicias de los más curiosos que se divertían montando y desmontando teorías en Reddit. Sin embargo, otro sector se enfadaba con cada anuncio porque no dejaban en claro la naturaleza del juego.
Pero ha sido con el último vídeo que han estallado las críticas y las frases cinceladas en mármol. Sentenciando, con mucha vehemencia, que Death Stranding es un juego aburrido. Por mi parte, después de ver esos 49 minutos de gameplay con calma y reflexionar durante unos días, he llegado a una serie de conclusiones que quería compartir a modo de inicio de un debate entorno a la siguiente pregunta:
¿Qué es un videojuego divertido?
Lo primero que hice cuando se estalló la polémica fue, precisamente, verificar cual es la definición exacta de la palabra «diversión». Para sorpresa de nadie, la RAE no me aportaba ninguna que terminase de acertar con lo que buscaba. Ya que, cuando te detienes a pensar un poco, llegas a la conclusión de que se trata de un concepto muy moldeable. Si cierras los ojos y comienzas a enumerar juegos que consideres divertidos, vas a terminar con una lista que quizá no se parezca en nada con la de otros jugadores. Quizá ni se te ocurre pensar un juego de gestión de recursos, mientras que otro puede que solo tenga juegos de ese tipo en su lista.
Aquí las preferencias personales juegan un papel clave. Al igual que en la vida misma, donde hay quien considera la lectura un pasatiempo aburrido o que pegarle patadas a un balón es la mar de soporífero. Y cada uno puede tener razón desde su prisma. Puede que una persona asocie la diversión a la actividad física mientras que otro logre encontrar entretenimiento en el ejercicio de su imaginación. O puede que en una mezcla de ambas. Ya que, de nuevo, estamos ante un concepto extremadamente flexible.
En vista de lo intangible que resultaba extraer una sentencia firme sobre el mismo, decidí utilizar un método alternativo. Como hemos establecido antes, la diversión depende de la percepción personal de cada individuo. Por lo que he preguntado a más de 10 compañeros aficionados al mundo de los videojuegos cual sería para ellos la definición de un juego «divertido». Y para mi sincera sorpresa, una gran mayoría han coincidido en un mismo concepto. El cual he adaptado y llegado a la humilde conclusión de que un videojuego divertido es aquel que consigue engancharte durante el mayor tiempo posible. Que logre abstraerte y sumergirte en profundidad, haciendo que las horas parezcan segundos cuando estás en él.
Lejos de la connotación algo poética que pueda tener, creo que tiene una parte sólida y lógica. Además de que puede encajar a la perfección en muchos títulos de géneros distintos. Recuerdo adentrarme en Firewatch y olvidarme de la hora por estar perdido entre sus paisajes. Me río cuando pienso en la frase de engaño que me soltaba a mi mismo jugando a Pyre: «Un partido más y lo dejo». Pero debo aportar ciertos matices con esto. No es cuestión de querer jugar muchas horas o de no poder dejarlo. Es más una cuestión de sentimientos, de sentir que ese juego te está aportando algo positivo para tu bienestar a nivel psicológico. Por ello es por lo que quieres regresar cada día a por un poco más de esa sensación.
¿Death Stranding puede ser divertido?
Una vez puestas las cartas sobre la mesa llega el turno de adentrarse en el terreno pantanoso. Como es más que evidente, hablo con la única referencia de haber visto todos los vídeos sobre el juego. Al igual que todos los que lo critican. Por lo que se basa en conclusiones que extraigo enlazando lo dicho con anterioridad con mis propias experiencias. Tal y como dije al principio, para mi cincelar la frase en mármol de que Death Stranding es aburrido me parece cuanto menos precipitado. Es cierto que, a priori, un título que pivota en torno al concepto de actuar como un recadero puede no resultar atractivo en un mercado donde los juegos que tienden más hacia la acción ocupan más partes en las estanterías.
Pero quiero enlazar esto con una pequeña anécdota personal que me ha servido para analizar este debate. Nunca he sido una persona aficionada al senderismo. Pero hace un par de años se me presentó la oportunidad de hacer el Camino de Santiago con unos compañeros de clase. Si no llega por esa circunstancia, jamás lo habría recorrido. Y ahora estoy deseando volver. Porque caminar durante veinte kilómetros, llegar a un pueblo nuevo, descansar porque te sientes destruido y volver a repetir otro día más no lo considero como algo «divertido». Pero para mi fue una experiencia «contemplativa«. Te levantabas cada mañana pensando: «¿Qué me deparará hoy el camino?«.
No olvidemos que Death Stranding tiene una historia de la que sabemos pinceladas muy inexactas y que habrá que ver que tal se desarrolla o como se deja contar. Pero en lo referente a la jugabilidad, no veo el porqué no puede ser interesante para cierto publico. El título gira entorno a hacer tus propias rutas, a tratar de adaptarte a las dificultades del terreno, a disfrutar del paisaje que tan bien recreado se ve. Ese gameplay tiene infinidad de mecánicas sencillas pero que están con el propósito de hacer que el camino sea lo que es. Un viaje incierto lleno de contratiempos a los que tienes que adaptarte. Y creo que es cuanto menos valiente poner algo así sobre la mesa tal y como está la situación en el mundo del videojuego.
¿La repetición es aburrida?
Esta es la gran duda que tendré que resolver el día ocho de noviembre. Algo en lo que sí que coincido con una parte de los escépticos, aunque con ligeros matices. Puedo entender el miedo a que su mecánica principal adolezca de ser demasiado repetitiva. Que a los que no termine de atrapar los eche muy rápido, y que a los que logre convencer no resistan durante tantas horas haciendo lo mismo. Aquí coloco un pequeño interrogante porque siento que va a depender mucho de la percepción de cada jugador.
Quiero decir, no son pocos los ejemplos de juegos repetitivos pero con grandes cantidades de aficionados a sus espaldas. Monster Hunter por ejemplo se basa intrínsecamente en un ciclo jugable de repetir misiones para conseguir armas más fuertes y derrotar a bichos más fuertes. Y aunque este ciclo puede tirar para atrás a muchos jugadores, muchos otros entran buscando justo esto. Por lo que el resultado final será ver a cuantos logrará convencer y a cuantos otros no.
Lo que sí que saco en claro es que es temprano para sacar conclusiones. Tenemos un mercado de juegos muy diversos destinados a satisfacer los distintos gustos de sus consumidores. Un juego divertido es un concepto demasiado flexible como para encerrarlo en términos absolutos. Hasta que no sepamos cuales son los mensajes que pretende trasmitir Death Stranding, debemos ser pacientes. Al igual que con cualquier título. Porque por muy extraño que parezca, la diversión puede adquirir infinitas formas. Quien sabe si recorrer este camino nos hará vivir experiencias inimaginables. Si nos creará anécdotas que guardaremos con cariño. O si dejaremos que ese camino lo disfruten otros. No todo el mundo tiene que divertirse con lo mismo. Pero también es bonito ver a los demás disfrutar de algo. ¿Verdad?
Especial agradecimiento a todos mis compañeros que respondieron a la pregunta expuesta anteriormente. Ellos me han dado el punto necesario para poder construir este artículo.
Ingeniero informático en proceso y juntaletras frustrado. Estoy en la tripulación para narrar mis desventuras como jugador y divagar sobre esta preciosa industria. Sí, me gusta FFXIII y ME: Andromeda. No me escondo.
[…] un poco el artículo de nuestro compañero Akira (Death Stranding y el aburrimiento) mucho se ha hablado sobre que este juego es aburrido y de como al final acabas dejándolo a un […]