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Hace tiempo que no escribo nada coherente que no sea una lista de la compra, o una lista de tareas para el trabajo, y tenía mono de plasmar ideas peregrinas que viajan por mí mente. Puede que se deba a gente cercana, que me ha inspirado a reencontrarme con esta faceta tan bonita, o al programa de videojuegos en el que tengo la suerte de participar, pero el caso es que me gusta escribir y hablar de juegos, so here it is. (También se debe a la inspiración, que es un poco puñetera y te alcanza en los sitios y momentos más insospechados, así que aquí estoy, tecleando frenéticamente en mi móvil antes de que llegue la «llamada del deber»).

Quiero hablar de Octopath Traveller, y de la impresión que me está dejando. Y es que, lejos de haber terminado la historia principal, aún me faltan un par de personajes por reclutar para mis «odiosos ocho».

Para empezar, diremos que el estudio detrás de esta aventura RPG para Nintendo Switch es el mismo que nos dejó el inolvidable Bravely Default. Que esto sirva de carta de presentación. Si ese juego y su secuela fueron buenos, esperad a ver este.

Visualmente es un juego precioso, con una estética pixel art, y unos escenarios en 3D que quitan el aliento. Especialmente aquellas zonas que sirven de transición entre dos puntos del mapa con diferente clima porque, sí amigos, cada zona cuenta con su propio ecosistema. Ya sea el paisaje, el clima, la ropa de los PNJs o los enemigos, cada una de ellas tiene su propia personalidad. Cosa que también afecta al combate.

El sistema de combate es fácil de entender, pero no por ello es simple. Más bien al contrario. La primera vez que nos encontramos con cualquier enemigo desconocemos cuáles son sus debilidades, cosa que, salvo que tengamos al personaje adecuado en el grupo, tendremos que descubrir mediante el sistema más antiguo del mundo. La prueba y el error.

Lo bueno de adquirir este conocimiento, que se ve reflejado en todo momento durante los combates, es que no solo nos permite hacer más daño, si no que bien ejecutado, interrumpe y noquea a los enemigos, lo que los deja con un par de turnos en blanco, momento en que podemos aprovechar para lanzar nuestros ataques más poderosos o recuperarnos de nuestras heridas. Además, la profundidad del combate va progresando poco a poco gracias a la subida de nivel de los personajes. Con cada combate ganamos puntos de trabajo, que nos permiten comprar habilidades, y al obtener varias, se desbloquean habilidades secundarias.

Pero esto no es todo, en Bravely Default se podían almacenar y gastar turnos durante el combate. Ese sistema se ha revisado para convertirlo en «impulso». En cada turno ganamos un punto de impulso, que podemos aprovechar para atacar más de una vez cuerpo a cuerpo, o para impulsar alguna de nuestras habilidades. Se pueden gastar hasta cuatro puntos cada vez.

Y no debemos olvidar las acciones de senda, habilidades únicas de cada personaje que tienen que ver con su rol en la historia. 

Llegados a este punto toca ponerse serio y hablar de la que, para mí, está siendo la parte más floja de todo el juego. Tras la elección de un personaje principal, al que no podremos sacar del grupo en todo el juego salvo en los primeros compases de cada historia, nos encontramos con ocho (posiblemente) dramitas que dan pie a la historia de cada personaje. Aunque pecan de simples o predecibles, nos hacen fácil la tarea de identificarnos con los sentimientos o las circunstancias del personaje que estemos controlando.

Pero, y es que siempre hay un pero, no consigo comprender la poca interacción entre los propios personajes. Están viajando por todo el mapa para resolver los problemas de los demás, hacen noche en posadas, combaten hombro con hombro contra bandidos y alimañas… Pero no hablan entre sí.

El único momento en el que se percibe cierto intercambio de información es cuando reclutas a un personaje nuevo. Este te cuenta sus aventuras y desventuras, por qué se va a enfrentar a incontables adversidades e inimaginables peligros, para terminar diciendo que no hace falta que le acompañes. ¡Al acceder te da las gracias por acompañarle, pero te las da a ti como jugador!

Ya os digo que aún no he completado el reclutamiento, y solo he jugado el primer capítulo de seis de las ocho partes, por lo que no sé cómo acabará esta historia. 

Pero, y es que al final siempre hay un pero, tened una cosa por segura. Seguiré informando.

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